Dieciocho

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18 es un número gracioso, es un número que marca el límite.

Debí irme, debí hacerlo cuando pude, tuve la oportunidad ahí, tuve la oportunidad en mis manos y la dejé ir.
No importa cuánto tiempo pase, no importa el tiempo que sobreviva, cada día voy a arrepentirme de haber sido una cobarde y no haberme ido.

Mi lugar no está aqui, no es aquí en casa.

Es extraño llamar casa a un lugar, es más extraño llamar familia a personas que no son mi hogar.

Me pregunto si algún día voy a lograr irme de aquí, me pregunto si tendré un lugar al que llamar hogar.
Me pregunto cuando dejaré de correr y huir, me pregunto cuando pararé de hacer esto.
Me pregunto si algún día la destrucción se detiene.

Después de mi suicidio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora