Veintiocho.

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De vuelta es casi Navidad, siempre hay abrazos y cariños de por medio.

Hay demasiado en juego, como para decidir dejarme ir contra todo yo sola. Siempre sola, parece que fue tan solo hace días que escribí sobre la chica del tejado que jugaba a suicidarse sin nunca saltar.

Últimamente no quiero escribir, sólo dormir, abrazarme a mis cobijas una y otra noche, aferrarme a mis peluches, a los libros y a la misma musica que me acompaña desde los 12 años junto a mis problemas.

Por favor, lo que sea.

Si existe un Dios, espero que se apiade de mi alma.

Después de mi suicidio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora