La "reunión" había concluido, ya que Hiperión se había retirado.
Me quedé observando la habitación, pero extendí mi visión para poder ver a Hiperión.
Él estaba caminando hacia la salida de la finca, algo apenado, seguramente por haber tenido que recordar la cadena de sucesos desafortunados que él vivió.
Estaba sereno, pese a que algunas lágrimas brotaban de sus ojos.
Sin embargo, esa serenidad se vio interrumpida cuando su teléfono comenzó a vibrar.
Él sacó el dispositivo de su bolsillo. Tocó su pantalla un par de veces, y luego se llevó el aparato a la oreja.
—¿Sí? Ah, sí, todo salió de maravilla.
Mientras hablaba, Hiperión esbozaba una pequeña sonrisa.
—Agradezco haberlo visto por última vez. Aunque, voy a extrañar los consejos que él solía darme cuando aún era un novato.
Pude deducir que hablaba de Moros.
—¿Prepararme? Hmm, sí... Siento que estoy preparado para que aquel momento llegue.
Hiperión decía esto con una sonrisa un tanto amarga. Nadie está preparado para la muerte de alguien cercano, negarlo sería una estupidez.
—¿Qué?
El rostro del Jefe del Octavo Distrito cambió radicalmente.
Luego, él dejó caer su teléfono al piso.
Las lágrimas que anteriormente habían desaparecido, habían vuelto con una intensidad muchísimo mayor.
Finalmente, Hiperión cayó arrodillado al suelo.
—Se enteró—Me dije a mí mismo.
Al parecer, no le habían informado de la muerte de su madre, Hesperis Theos.
Me siento mal por este tipo, nunca había visto a una persona tan desafortunada.
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Todo se trata de balance - Acto 1
General FictionUn arcaico y complicado conflicto deriva en la creación de un mundo utópico, pero a su vez, azotado por las consecuencias de una macabra y fatal guerra que estuvo a punto de exterminar a la humanidad. Vestigios de aquella disidencia aparecen mucho t...