P1. C5. Escena 5.

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Los senadores habían abandonado la sala, y también fue así con todos los funcionarios. Los únicos que permanecían en el lugar eran Bertram, Behemo y Tarja.

—¡Señorita Tarja, eso fue increíblemente impresionante! —Decía Bertram mientras sus ojos se iluminaban.

—Muchas gracias, Bertram. Hice lo posible para que alguno de ustedes fuera electo... Pero, debo de disculparme, Behemo—Tarja estaba algo apenada.

—No se preocupe, señorita Tarja. Sé que mi hermano lo hará mejor que yo, ya que él se graduó sin problema alguno, a diferencia de mí.

Tarja asintió, y abrazó a Behemo.

—Bertram, vámonos, mi madre quiere vernos—Exclamó Behemo mientras arrastraba a Bertram del hombro.

No obstante, Tarja detuvo a los dos.

—Me gustaría hablar de algunas cosas con Bertram...

—Ah, de acuerdo. Te veo en la casa, enano.

Luego, Behemo abandonó el salón.

Ahora, tan solo quedaba Bertram y Tarja en la sala senatorial.

—Bertram, o, mejor dicho, su excelencia... Necesito hablar de algo con usted.

El muchacho se confundió bastante, seguramente por el repentino cambio en la forma en la que se refería Tarja a él.

—Señorita Tarja, puede decirme Bertram.

—Hmm, de acuerdo, pero deberás acostumbrarte a los honoríficos, ya que el título ya está en tus manos.

—Gracias, ahora... ¿De qué quiere hablarme?

—Sobre lo podrido del senado.

Bertram abrió bastante sus ojos.

—¿Por qué?

—No sé si lo notaste, pero nunca obtuvimos la mayoría, incluso si era lo correcto.

—Sí lo noté, pero no lo entendía... A mí me educaron para esto, pero al señor Cenycol no.

—Es porque Cenycol sobornó a gran parte de los senadores.

—¡¿Ah?! ¡¿Cómo dice?!

—Tal como lo oyes, él sobornó a los senadores. Una conversación entre Yegor y Kasper fue suficiente para confirmarlo...

—No puedo creerlo...

—Espera un momento, Bertram. Si bien lo confirmé, debemos investigar más a fondo acerca de esto.

—¿Yo?

—Sí, Bertram, tú me ayudarás. Siempre he querido que la justicia y honestidad prevalezca por sobre lo demás, ese ha sido mi anhelo desde que me enteré de los actos de mi antepasado.

—¿Zerjhan?

—Precisamente. Él manchó mi apellido, y quiero demostrar que no todos los Cibet somos como ese cerdo. Además, para lograr mi deseo, entonces debemos eliminar a los malos elementos, como Yegor.

—Señorita... ¿Eso beneficiará a las personas?

—¡Por supuesto! Tendremos una imagen más limpia y transparente, y, por ende, la gente confiará más en el Consejo Supremo. Como bien sabrás, esta institución no tiene muy buena imagen, y es gracias a personas como Yegor, que tan solo buscan beneficiarse ellos mismos.

Parece que esto último impactó en Bertram, ya que sus ojos se iluminaron.

—¡Entonces yo lucharé junto a usted, señorita Tarja!

Luego, Tarja abrazó a Bertram, y comenzó a llorar.

—Gracias, muchachito.

...

¿Por qué no hay más personas como ella?

Todo se trata de balance - Acto 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora