R E D Scaloneta X Messi VIOLENTO-METRO

07 Descalificar.

Ya habían pasado unos cuantos días tras aquel suceso, Lionel aún buscaba aquella cadenita dorada que adornaba su muñeca, de la cual aún no encontraba ni pistas. Era domingo, de tarde, sin contar este día solo faltaban dos para su primer partido contra Arabia Saudita. Se podía sentir los nervios, pero también como se alentaban entre ellos.

Sentía bastante las miradas de sus compañeros, era extraño, sobretodo Leandro, aquel muchacho no dejaba de mirarlo. También notaba las atenciones de Enzo, del cual no entendía por qué, aunque ya se iba haciendo una idea, además de Licha, Otamendi y Julián, el último era un amor, era tan dulce y tan tímido, le generaba ternura al Omega.

Tendrían un entrenamiento más tarde, puesto a qué el clima era caluroso y algo pesado en algunas ocasiones por no decir todas.

— ufh~... — soltó muy bajito tras mojar su rostro con agua, estaba fría, era refrescante.

Sabía que la mayoría estaba dispersada por toda la universidad, además que la estaban en pequeños grupos, o tal vez haciendo algo en conjunto y si ese era el caso, seria un caos.

Hace unos pocos días había pasado lo del "asado" que habían tenido, fue entretenido y divertido, mucho a decir verdad. Se divertido bastante. Iba a ponerse algo cómodo y salir un momento por algún jugo y botanas, y tal vez pasaría el tiempo viendo algo, en la noche tenía una llamada con su doctor por un reciente accidente.

Con una polera color celeste claro y un pantalon de la selección, salió de su habitación para ir hasta la cocina y darse una pasada por la sala de juegos, aunque no conto con que se encontraría con Leandro justamente al salir, casi chocando con el.

— Ah, Leo... — solo algo sorprendido el más joven, estaba algo distraído y al chocar de la nada con el Omega fue algo repentino.

— Lean, disculpá — se alejo un poco y cerro la puerta de su habitación, volteo a ver al muchacho y le dedicó una pequeña sonrisilla.

— ¿Qué tal?— pregunto el Omega.

— Uh joya, tranquilo... — le sonrió de la misma manera al Omega, quién seguía allí parado con las manos en los bolsillos del pantalón — ¿Y vos, a dónde ibas? He —

— Mira vos — respondió y comenzó a caminar, lento, pero no tanto era algo moderado — igual, a la cocina por algo, yo que se — solto una pequeña carcajadas y siguió su camino.

El otro comenzó a seguirlo como si de un cachorro siguiendo a su dueño se tratara.

— Dale, te acompaño — con ello paso su brazo por los hombros del Omega, apagando lo hacia el, pero no tanto, solo lo suficiente como para que el otro no se le escapara.

— Jaja dale, deja de boludear — golpeo suavemente el pecho del otro, vio como el otro se contrajo.

— ¡Ayyy! — se agachó un poco y se tocó el pecho fingiendo dolor — que abusivo Leo — se quejo aún fingiendo.

— mira como sos — tras ello se rió un poco y siguió su camino.

El alpha le decía cosas como "que cruel" o "abusivo" todo en un tono bromista el cual Lionel conocía de más. Aunque la presencia del otro nunca llegó a incomodarle, recordaba como desde hace unos días, este mismo no despegaba la mirada de el, lo vigilaba. Incluso al llegar a su habitación veía y sentía que el era la sombra que se pasaba por el pasillo dando vueltas exactamente en la puerta de su pieza. Eso daba miedo ¿No? Recordaba que tras aquel accidente de hace unos cuantos meses sentía a sus compañeros actuar extraño, no solo a los del París Sait Germain sino a sus mismos amigos, incluso aquel extraño alpha, Cristiano Ronaldo.