─⠀⠀Sólo 5 minutos.

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⠀⠀La noche cayó sin apuro alguno en TortillaLand

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⠀⠀La noche cayó sin apuro alguno en TortillaLand. La luna salió más tarde de lo que debía, y gracias a eso, los habitantes habían estado vagando por los pueblos y sus al rededores hasta las 9 de la noche, cuando el sol finalmente se despidió en un hermoso atardecer cálido.

La gente parecía estar feliz debido a la luna azul, la cual representaba una suerte nocturna. En su mayoría, las personas solían cultivar esas noches o irse a minar, con la esperanza de que el universo estuviera a su favor gracias al color de la luna, e, increíblemente, solía funcionar.

Aquellas noches Spreen simplemente se sentaba a mirar con aburrimiento el cielo nocturno y el satélite natural que parecía estar en un constante pero lento movimiento, orbitando e iluminando tenue al pueblo naranja.

Antes solía sentirse completamente abrazado por un presentimiento de fortuna, y acudía a las minas o salía a cazar, encontrando más animales que de costumbre o saliendo con el doble de diamantes con los que solía abandonar las minas un día normal. Pero, desde que Juan se volvió parte de su vida, las noches de suerte eran infortuitas.

Sus trabajadores se sentían más contentos, y los pueblerinos se mostraban más hambrientos al haber trabajado para conseguir fortuna aquella noche. La luna azul era sin duda un ganar o ganar, y a una persona como Spreen (que su vida giraba en torno al trabajo y la economía) no debería molestarle en lo más mínimo, de hecho, debería sentirse afortunado, como el nombre del fenómeno indicaba.

Spreen suspiró, esperando que finalmente las luces de Spreefield se apaguen, y así, por fin, Juan le escribiría diciendo "Estoy en la puerta". No dirían "hola", no dirían nada, simplemente caminarían directo a la oficina del oso, y allí caerían ante la tentación de ellos mismos y se besarían como si hace 100 décadas no se probaran uno al otro.

O al menos así lo esperaba él, como una noche normal donde las palabras eran escasas, y en su mayoría venían de parte del hechicero.

─Hablando del Rey de Roma…

Murmuró, observando el mensaje privado en su comunicador. "Estoy saliendo, dime cuando no haya gente".

"No hay casi nadie, vení", respondió él. Solamente habían algunos pueblerinos de Spreenfield y el publo naranja caminando por el lugar, pero Spreen estaba deseoso. Seguía amargado por lo que había sucedido aquel día, y esperaba que Juan se lo recompensara.

 Seguía amargado por lo que había sucedido aquel día, y esperaba que Juan se lo recompensara

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act fool. ─ spruan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora