─⠀⠀Origen.

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5 meses antes

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5 meses antes.

⠀Los dos jóvenes veinteañeros caminaban por los bosques de pueblo central a mala gana. Suspiraban de vez en cuando, y cada 5 palabras alguna era un insulto o una indirecta de odio. Tanto el úrsido como el hechicero no estaban felices de llevar esa exploración a cabo, pero fue gracias a Mariana que habían terminado allí.

Supuestamente aquel día los tres latinoamericanos irían en busca de dungeons, castillos o lo qué sea para farmear. Al principio tanto Juan como Spreen se habían mostrado reacios a pasar tiempo de "calidad" juntos, pero a la vez no querían dejar a Mariana solo con el otro. Spreen no confiaba en que Juan salvaría a Mariana en algún momento, y viceversa. No confiaban en el otro.

Entonces, ambos aceptaron la exploración con el jóven méxicano.

Aunque, bueno, al final la exploración terminaron siendo ellos dos sin Mariana, pues él les había cancelado cuando ya antes les había dicho que vayan adelantándose, que pronto llegaría. Nunca llegó, y dejó a Spreen y Juan solos con una dungeon ya ubicada.

Al final, decidieron continuar su camino hacia la dungeon sin siquiera hablar, solamente irían en busca de cosas y se largarían de allí.

─Eu, las cordenadas marcan acá.

Los dos observaron el círculo imperfecto que llevaba hacia la oscuridad de la cueva entera, enterrada en una gran montaña nevada. Ambos se metieron y fueron cuesta abajo, buscando alguna pista de en qué capa podría estar lo que buscaban y terminaron encontrando.

─Yo por la derecha, vos por la izquierda.

─O-oye, ¿vamos a separarnos?

─Y sí, amigo. Al pedo ir pegados, no vamos a farmear nada así. ─Spreen no esperó ninguna respuesta de Juan, y comenzó su camino hacia la derecha.

El jóven hechicero tragó saliva, observando la horrible y tétrica cripta a su alrededor. Los sonidos naturales de la cueva sumado a los murmullos de fantasmas no eran para nada relajantes, y lo tensaban más. Realmente, había estado en ese tipo de dungeons antes, pero siempre solía ir en un grupo grande que se mantenía bastante junto y charlando entre risas.

Ahora mismo, estaba solo y las únicas risas que hacían más turbio el escenario eran las de las brujas que caminaban por los oscuros pasillos bajo tierra.

─¡S-spreen, voy contigo!

─¡S-spreen, voy contigo!

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act fool. ─ spruan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora