Noche 17: Dificultad.

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El sol se levantaba lentamente en el horizonte y podía sentir la ansiedad consumiendo todo su cuerpo y es que atravesar - aun por los limites más alejados de la ciudadela- todo Camelot para llegar hasta el campamento donde Arthur y sus caballeros estaban resguardando era largo y entre más deseaba llegar más pesado e interminable se le hacía el camino. El campesino que los acompañaba parecía notar su incertidumbre al igual que el guardia pero hasta ese momento nadie había dicho nada, tal vez no deseaban abrumarlo o solo le tenían lastima por que sabían que deseaba llegar con su rubio - al menos sabía que para el guardia era eso lo que lo hacía guardar silencio - llegaron al comienzo de la zona baja y su temor acrecentó al ver como mujeres y niños caminaban, cual caravana, en sentido contrario.

Los rostros de todos estaban cansados y algunos parecían extremadamente asustados, las madres con niños pequeños caminaban con la mirada ida, sosteniendo cerca de sus pechos los rostros llorosos de sus pequeños, algunos varones jóvenes sostenían palas y otras cosas dando la sensación de que habían tenido que defenderse de algo.  Reconoció entre los niños más grandes a algunos que no hace mucho habían entrenado con Arthur y sus hombre, estos perecieron reconocerlos a ellos también pues con miradas llenas de terror y lagrimas gruesas corrieron hasta ellos. 

"Todos están heridos" "Ellos se sacrificaron por dejarnos salir" soltaban entre hipidos cargados de angustia y esto solo lo hizo sentir más ansioso. 

Extendió su magia sobre todos las personas, procurando mantener sus ojos cerrados en el proceso, imagino un manto largo, suave y liviano rodeando a todos a su alrededor; busco entre todas las presencias la única que podría distinguir al instante pero al no hallar rastro de esta solo pudo susurrar un " Arthur no esta" y el guardia, que ahora parecía tan preocupado como él, hizo avanzar al caballo donde iban lo más rápido posible hasta que el campo donde antes estaba su campamento quedo a la vista. 

Un jadeo de incredulidad salio de entre sus labios al ver la nieve manchada de grandes charcos rojos, las carpas destruidas por todos lados y cuerpo de varios caballeros tirados en el frío suelo completamente lastimados. Sintió sus manos temblar por la sorpresa y su estomago revolverse por la imagen que dejaba el lugar, pues ahí entre la neblina matutina decenas de cuerpos sin vida de caballeros y aldeanos los recibían pintando el paisaje blanco de la época en un asqueroso tono rojizo que parecía llenar cada hueco a su vista.

Cayo del caballo al suelo antes de vomitar bilis sobre la nieve, el guardia se apresuro a auxiliarlo, pero por el temblor de sus manos que sintió al ser tocado en la espalda supo que estaba igual de afectado que él, el pensamiento de que seguramente entre todas esas personas existían padres o esposos lo hizo sacudirse de angustia y desolación. 




- ¡Arthur! - hablo con desespero mirando a todos lados al percatarse de que en ese lugar muy seguramente su rubio estuvo luchando - ¿Dónde esta el príncipe? - presunto aun joven caballeros que caminaba por el área con una mirada llena de dolor - ¡Sir Leon! - llamo al castaño mientras caminaban con paso rápido por todo el campo.  

- ¡Merlín, Espera! - el grito del guardia no hizo más que apurarlo a llegar a la única carpa en pie en toda la zona. 

- ¿Dónde esta Arthur? - pregunto nada más entrar encontrándose con algunas mujeres jóvenes del lugar tratando heridos, los caballeros que aun se mantenían en pie lo miraron con sorpresa que muy rápidamente cambio a una angustia aplastante. 

- Sir Leon...salio, junto a otros caballeros en buen estado, a buscar en el bosque - hablo alguien entre pausas adoloridas, el lugar quedo en un silencio pesado donde todos lo miraban con una atención abrumadora. 

Frío (Merthur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora