Noche 9: Infieles.

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Arthur estaba seguro de que finalmente halló algo de que colgarse para hacer que la magia fuera tolerada dentro de Camelot, solo necesitaba un poco más de información del periodo de reinado de su abuelo para saber por que en los últimos papeles que encontró en la biblioteca real se mencionaba la existencia de una corte de magia que ayudaba a gobernar al rey y como hacer para despenalizar tal cosa. Si lograba hallar antecedentes para el consejo real estaría en ventaja sobre su padre, ya que aquellos ancianos nobles muchas veces le recordaban a Uther que el mejor rey que Camelot ha tenido era su padre. Uther varias veces se molesto pero nunca lo negó. 

Por sentirse cerca de una solución fue que no había asistido al entrenamiento bajo la escusa de estar enfermo mientras que para sacar a Merlín de la habitación por unas horas le pidió que acompañara a Gwen al mercado pues esta deseaba ir por flores para Morgana que aun parecía enferma, cosa que lo tenía preocupado por lo que cada cierto tiempo iría a donde la azabache para verla descansar y luego continuaría con su investigación. 

Sin embargo resulta que entrar a la biblioteca real sin ser descubierto es, por lo visto, una misión de alto rango pues con solo pasar cerca el encargado se asomaba como si poseyera un agudo sentido del oído, por lo que solo tenía tres oportunidades de entrar a la biblioteca en todo el día y estas eran cuando aquel viejo se retiraba a comer y las dos veces que salia al baño durante la tarde. Sus oportunidades eran limitadas y por ello cuando lograba entrar solo sacaba consigo tres libros que podrían ser de ayuda a la hora de buscar soluciones. Esa tarde él ya había sacado un libro que según lo que alcanzo a leer -antes de correr cual niño pequeño- fue que era una enciclopedia sobre los reyes de Camelot y sus más grandes logros. 

Vaya sorpresa se llevo cuando este no decía ni una sola palabra sobre su abuelo, de hecho ese periodo de tiempo simplemente parecía no existir en aquel libro por lo que frustrado bufo mientras arrogaba en libro con fuerza provocando que se metiera bajo la cama, demasiado cansado para hacer otra cosa se apoyo contra la silla soltando un largo suspiro en el proceso. Cerro los ojos al entender que hallar su anhelada solución sería mucho más difícil de lo que imagino. 

Los minutos pasaron rápidamente y cuando una sirvienta entro con sus alimentos supo que en unas horas más Merlín regresaría y él tendría que dejar para otro momento su investigación. Su comida consistió en una manzana y un par de uvas antes de que su apetito se hubiese desvanecido, estaba por levantarse de la mesa cuando su puerta fue tocada con lentitud a lo que dio permiso de entrar a la otra persona, la ultima uva que estaba comiendo casi se la atora en la garganta cuando la princesa entro en su habitación luciendo un largo vestido naranja. 

La chica no dijo nada cuando tomo lugar frente a él en la mesa y literalmente le robo alimentos de su plato, un minuto paso en silencio antes de que ella suspirara exageradamente. Su mirada claramente hacía la pregunta que ella debía contestar pero ella solo sonrió de oreja a oreja mientras perdía su mirada por todo la habitación antes de hablar. 





- Seguro se preguntara que hago aquí - soltó mirándolo - Vengo a pedirle una cita, salgamos a dar un paseo por el bosque. 

- ¿Disculpe?

- Mire príncipe no hago esto por gusto mi padre me lo ha ordenado, además si tengo una cita con usted y después le digo a mi padre que no fue de mi agrado dejara de insistir con lo del compromiso - aclaro con fastidio - No creo que usted desee que nos comprometan, así que tenga una cita conmigo y terminemos con esto. 

- Tiene razón princesa no deseo tener ese tipo de relación - dio la razón con una mirada seria - Que le gustaría hacer en nuestra cita. 

- Muéstreme los alrededores del castillo y cuénteme por que razón el príncipe entra a hurtadillas a la biblioteca real.

Frío (Merthur)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora