Excusas || Messi x Ochoa

I X

Dos meses atrás.

— ¿Por qué hiciste eso? — El portero pregunto con un tono de frustración notable.

— ¿De que hablás?

— ¿Por qué te acercaste así en nuestro último partido?

— ¿Por qué me saludaste de nuevo en el medio tiempo? No había necesidad, digo

— Respuestas hombre, no más preguntas, respuestas. — Ochoa dio un manotazo en la mesa haciendo reír al otro

— Porqué tu aroma es increíble

Ochoa se movió de su lugar sentándose más cerca del otro frente a frente, se acercó de nuevo al rostro del argentino, el alcohol les daba valentía y les quitaba raciocinio.

— Puedes disfrutarlo ahora — ofreció haciendo al otro sonreír y acercar su rostro a su cuello, Guillermo ladeó la cabeza para darle mejor acceso.

Guillermo río cuando el otro dejo un beso en su cuello, lo separó y le pidió que bailarán. Gracias al alcohol no pudieron hacer algún paso coherente pero disfrutaban del contacto con el otro.

Tres canciones después decidieron que era momento de irse, la casa de Guillermo no quedaba lejos de lugar así que condujo todo lo consiente que pudo hasta ahí.

El alcohol y sus aromas mezclándose los hacía sentir mareados, terminaron sentados en la sala muy cerca del otro, Lionel se atrevió a acariciar los rizos del mayor haciendo que apoyará su cabeza en el respaldo del sofá, dándole de nuevo acceso a su cuello.

Lionel dejo un beso cerca de la mandíbula del mexicano, para después trazar un camino de besos hasta la base de su cuello, sentir la respiración agitada del otro hacía que la temperatura de su cuerpo aumentará, alzó la mirada separándose, el rostro del rizado estaba rojo, sus ojos estaban cerrados y tenía los labios separados, dio otro beso en su mandíbula y luego fue acercándose a su boca, paro justo antes de llegar a sus labios, Guillermo abrió los ojos cuando sintió que paraba, iba a reclamar cuando notó la forma en la que el otro lo miraba, trago sintiendo calor en la parte baja de su vientre, el alfa tomo su barbilla y junto sus labios, sabían a tequila o al menos eso le pareció, el argentino puso sus manos sobre los muslos del mexicano haciendo presión provocando que el otro diera un jadeo que aprovecho para introducir su lengua, su sabor dulce mezclado con alcohol lo hacía sentirse gravitar.

El rizado se acomodo sobre el regazo del otro, sus feromonas mezclándose habían terminado con cualquier rastro de razón que les quedaba, sintió las manos del otro en sus caderas obligándolo a moverse sobre él.

— Umh, ya estás húmedo — susurró el alfa sobre los labios del otro moviendo sus manos a sus glúteos, el vaivén de sus caderas lo volvía loco y su aroma lo embriagaba más, si era posible.

Lo movió de encima suyo poniéndolo sobre el sofá, el se posicionó de rodillas frente a el rizado, repartió más besos por su cuello, sus dedos picaban suplicando contacto con la piel del otro así que metió sus manos debajo de la playera del mexicano acariciando su espalda, levanto un poco más la playera y depósito un beso sobre el abdomen de esté, bajo más dejando un camino de besos.

— ¿Puedo? — cuestiono, el omega lo miro confundido así que señaló con la cabeza su notable erección haciéndolo entender, de inmediato asintió.

Bajo los elásticos del pans y el boxer dejando besos sobre sus caderas, mordió un poco siguiendo sus instintos haciendo que el otro soltará jadeos y llevará su mano sobre su boca para evitar gemir al sentir al alfa introducir su miembro a su boca.

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Presente.