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Ochoa estuvo viendo a Luis entrenar desde la mañana, al saber que el argentino había llegado se disculpo y entro a los vestidores intentando no cruzarse con nadie, su omega se sentia inquieto, poco después pudo reconocer su aroma, obligado por su instinto se acercó a la cancha lo suficiente para verlo pero no para ser visto.

Le molestaba el hecho de no poder quitar la vista del argentino, en cada ocasión había sido así, su omega siempre pedía cercania con el alfa, pero nunca había visto interés del otro, hasta su último partido juntos, ese acercamiento lo seguia descolocando, ¿Por qué lo había hecho?

Después de un tiempo, el alfa le pidió a Chávez mostrale sus habilidades frente a un portero, y que mejor que uno preparado por años, así que tomo aire y se acerco por fin.

— Yo lo haré — Hablo tan calmado como pudo, pero su voz salió más fuerte de lo que planeaba, todos voltearon hacia él, pero solo pudo centrarse en la sonrisa del argentino, trago intentando calmarse.

— Ochoa, sos vos, me alegra verte por acá — respondió el argentino acercándose para saludar, Ochoa llevaba un conjunto negro, se ve malditamente bien de negro, pensó intentando disimular su emoción, le dio una sonrisa y rodeo al mexicano por los hombros, aún que era un poco incómodo por su diferencia de altura así que solo atino a bajar su mano a su espalda baja, sintiendo como el rizado temblaba ante su tacto, intento reprimir una sonrisa tanto como pudo.

— Sí, hola, Luis me dijo que viniera. Los ayudaré por hoy, si no te importa — contesto el otro rápidamente, mientras caminaba más deprisa para terminar el contacto, se acercó a la portería, había estado entrando con él antes así que tenía sus guantes aún lado de está, fue por ellos y se preparó, estaba transpirando demasiado, sentía la mirada penetrante del alfa a sus espaldas, pero no se dejaría intimidar, tomo aire y por fin volteo. Ya estaba el otro omega preparándose con ayuda del otro.

— Empezá cuando vos quieras, solo una cosa — volteo hacia el portero con una sonrisa, que al parecer permanecería en su rostro un buen rato — No lo ayudes, deja que me muestre su potencial. — termino con un guiño

— No lo haré, sería faltarle al respeto y no soy así...idiota — dijo esto último en un susurro apenas audible, pero el argentino alzó las cejas y rio, respiro y se centro en Chávez, era al que venía a ver, no dejaría que lo distrajera

Después de unos quince minutos de tiros constantes con el alfa como obstáculo, solo pudo anotar dos de ellos, Luis se sentía algo decepcionado de sí mismo, pero estaba contra un gran portero así que era predecible. El alfa se le acercó y le dijo que lo había hecho muy bien.

— Tomemos un descanso, fue todo por hoy, sigamos hablando más tarde para coordinarnos. — Leo le entrego una botella de agua y se dirigió con otra hacía Guillermo.  — Toma, lo hiciste bien, pensé que lo dejarías anotar más.

— ¿Qué idea tienes de mí? — Respondió Ochoa tomando la botella, la abrió y tomo, Messi se quedó embelesado viéndolo, no podía creer que le pareciera atractivo haciendo algo tan simple como eso, pero se lo adjudicó a su alfa y no a su parte racional. — ¿Qué? — Cuestiono Memo sacando al más bajo de sus pensamientos

— La idea de que eres alguien que protege mucho a los suyos y a su territorio, por lo visto.

— Tienes razón, y porque los protejo no dejaré que juegues con él, los goles que metió fueron merito propio, no deje pasar ninguna por voluntad.

— Ya, te creo, al parecer eres su protector y quiero estar en buenos términos con la gente que lo rodea, así que ¿Te parece ir a tomar algo?

— ¿Mmh? — El rizado casi se ahoga al oírlo, — ¿Ahora? ¿No tienes que hablar con él, su representante y de más cosas?

Excusas || Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora