V I

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Las semanas siguientes pasaron con normalidad, los más chicos y el argentino iban a entrenar casi todos los días, mientras que el arquero se quedaba en casa, en ocasiones los acompañaba pero prefería salir a pasear.

Ese día fueron los cuatro, Guillermo se quedó en las gradas mientras los otros entrenaban, ya habían transcurrido dos horas, decidió acercarse a la cancha, Messi al notarlo se acercó a él.

— Ey, ¿Ya van a terminar?

— En diez terminamos, los pibes aún siguen practicando sus tiros.

— Ah, vale — El mexicano iba a decir algo más cuando vio que un español le gritaba a Luis, eso lo puso en alerta haciendo que intentará entrar a la cancha, el delantero lo detuvo.

— Calmate, solo es un pequeño roce, es normal.

— ¿No ves que el cabrón ese lo está encarando? No solo le está gritando, no me pidas que me calme.

— Eh, relájate, Luis sabe defenderse, yo era igual con Julián pero aprendí a controlarme, ellos deben de aprender a manejar la situación.

— Tú muchacho estaba con su gente, el mío no, haz algo. — Ordenó Ochoa irritado, no le gustaba que le hicieran nada a sus chicos, siempre había protegido a su equipo.

— Ya, ya, iré a ver qué pasa. — le dio una sonrisa intentando que el otro se calmará

Lionel se dirigió al grupo que acababa de formarse al rededor de los mexicanos, estaba seguro de que solo había ocurrido algún roce como siempre, pero al ver al español empujar a Chávez, se metió entre los chicos rápidamente y empujó al español, haciendo que todos quedarán sorprendidos, su razón solo le decía que tenía que protegerlo, no entendía más.

— No lo vuelvas a tocar, ¿Entendiste? Tú nombre es conocido aquí, pero él viene conmigo así que te calmas. — Hablo con la voz grave, su alfa había tomado el control de su razón, seguía avanzando hacia adelante haciendo al otro retroceder.

Ochoa ya había entrado al campo, pero se quedó estático al ver al argentino defender a su chico. Todos seguían sorprendidos, nadie se atrevía a interponerse, el alfa podía ser muy intimidante si se lo proponía.

Kevin y Luis decidieron interceder, pero la fuerza del argentino era mayor a la de ellos intentando alejarlo.

— Ya, no es importante, vámonos. — Luis intentaba hacerlo entrar en razón, las feromonas del mayor estaban cargadas de puro enojo intimidando más al omega español.

— Ya déjalo Leo. — Se escuchó la voz de Memo, había visto antes al alfa defender a los suyos y sabía que no terminaba bien, no era beneficioso para nadie que tuviera un altercado con un chico — Viene el entrenador, cálmate. — Aviso tomandolo del brazo, acción que pareció calmar un poco al otro, haciendo que retrocediera por fin. — Y tú estás advertido, cabrón. — se dirigió al español, que seguía inmóvil.

— El pendejo no merece la pena, vámonos — Luis hablo jalando a Ochoa para salir de la cancha.

— ¿Qué está pasando aquí? — el entrenador llegó a su altura haciendo que todos se disiparán por la cancha.

— Que ese molestó a mi muchacho.

— Cálmense todos, intentemos resolverlo...

Después de un tiempo logró que todos se calmarán, dió por concluido el entrenamiento y los mando a duchar.

— Ya vámonos, no quiero ver a ese hijo de la chingada — Kevin hablo sorprendiendo a todos, teniendo en cuenta que era el más tranquilo de los cuatro, pero aceptaron su idea y se marcharon.

Excusas || Messi x OchoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora