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Se sentó en las gradas a esperar la increible apertura que traeria Qatar 2022 a sus ojos. Estaba ilusionado, siempre le gustaron es tipo de shows que lo hacen sentir parte de algo magnifico. Luces por allá, canciones de otros mundiales por aquí, banderas y canticos de selecciones. Lo amaba.

Ochoa decidió quedarse hasta el partido de Qatar y Ecuador en el que cofiaba que su país amigo de america ganara. Y así fue.

Mientras se iban yendo del estadio, memo sacó su celular para abrir su agenda y fijarse los días junto a sus horas de entrenamiento que se aproximaban.
El martes ya empezaba su competencia contra Polonia y en el mismo día, pero más temprano, estaba Argentina vs Arabia Saudita.

Ni se preocupó por aquel partido porque ya se sabia bien que Argentina le meteria 5 a 0 al pobre país verde. Entonces se centró en sus propios puntos junto a los polacos.

Se levantó para salir del estadio y volver al hotel.

No habia vuelto a cruzarse con aquel argentino (o mejor dicho, evitó cruzarce con aquel argentino) desde aquella vez en el que se le habia quedado viendo como un idiota por 10 minutos.

Le avergonzaba recordar ese hecho. Le humillaba volver a sentir el descontrol hormonal que le habia causado ese aroma en su cerebro y cuerpo.

Luego de preguntarle a su mejor amigo si él tambien habia logrado oler esas feromonas y este lo negó rotundamente, se sentia raro. Porque eso significaba que solo él pudo sentir esa delicadeza de aroma.

-O simplemente las dejó regar por descuido - se afirmó en voz alta mientras llegaba a la entrada del hotel - posiblemente el no sabe que ah estado dejando salir sus feromonas... ¿deberia advertirle? - murmuró bajo.

Tomó el ascensor y se dispuso a subir al piso tres.

Ese sitio era su favorito, al entrar se puede divisar sillones, mesitas o mesas grandes, puffs, juegos de mesas y gigantes ventanales. Según Andres, este lugat estaba hecho para que los jugadores pasen sus tiempos sin pensar en la competencia o en sus familias. Un espacio de pura paz para uno mismo.

Se sentó al lado de su amigo Kevin Alvarez que estaba tomando un té para el mal estomacal con el que se habia despertado hoy por los nervios.

-Ya te calmaste al parecer - apoyó su mano en el cabello del joven y empezó a hacerle mimitos.

-Si, por suerte - tomó un sorbito y siguió - Estuve aca sentado durante dos horas memo, DOS PUTAS HORAS y nadie de la selección vino siquiera a preguntarme como estaba - vociferó enojado.

-Todos estan nerviosos al igual que tú ¿no lo crees? - trató de apaciguar el enojo como buen padre del grupo que era.

-Pues ya...que se chinguen a su madre - dejó la taza en la mesita que tenian en frente y se recostó en el hombro del alfa - esos argentinos estuvieron más tiempo que yo en este piso haciendo nose que, riendose de nose quien o hablando de nose donde - señaló a la mesa del fondo donde notablemente se podian divisar los shorts de la afa, aceptando que eran argentinos.

El cuerpo de memo se tensó al ver cierto omega con el que evitó miradas, espacios y palabras durante cuatro días. Al alfa no le importaba que hacia de su vida el rival pero le fastidiaba mucho evitarlo.
Nisiquiera entendia por que lo hacia.

-¿Te han dicho algo u hecho algo fuera de lugar?- preguntó con leve molestia.

-No, me preguntaron si me sentia mal solamente- cerró los ojos y suspiró - Messi preguntó por ti.

Se puso de pie al instante de oir eso, dejando que el otro alfa caiga al sillón como costal de papa.
Estaba alterado, no comprendia la razón de su acción, no entendia que carajo estaba pasando consigo mismo ni porque su corazón latia tan fuerte.

Kevin lo miró sorprendido por aquella reacción esperando que memo dijera aunque sea el porque o que.
Pero no dijo nada y se volvio a sentar donde estaba.

Se quedaron en silencio unos minutos en el que sus miradas chocaban esperando una reacción. Es la primera vez que veia al alfa mayor hacer eso simplemente por un nombramiento.

-Y-yo - carraspeó su garganta bajando la cabeza y mirar sus manos - No viste nada - simplificó.

El jugador del lateral derecho se dispuso a juzgarlo con la mirada. Deslizó los ojos de arriba a abajo y se giro para ver a los jugadores de la selección argentina.

Justo en ese instante cruzó vista con la pulga y regresó la vista a su acompañante que al percatarse de quien venia hacia ellos tragó fuerte.

No entendia nada el joven alfa pero algo sospechaba.

-Aca estas, desde aquel día queria desearte suerte para los partidos pero no te encontre - habló con tranquilidad el Argentino, cargando su termito como siempre y vistiendo ropa celeste con blanco - llegue a pensar que me evitabas pero seria muy boludo de tu parte- rió.

-Hola... si, lo siento nuestra selección a estado en puro entrenamiento estos días - se levantó del sillón para dirigirse al más enano y dejar atras a su compañero.

-No pasa nada, el martes ya va a empezar la guerra de nuestro grupo. Necesitaba desearte suerte - tranquilizó con la mirada al arquero que se notaba tenso de hombros - el otro día note como te quedaste viendome un rato. No me sentia incomodo la verdad pero me preguntaba que paso -

Empezaron a caminar por todo el tercer piso ignorando ciertas miradas ajenas.

-Lo que me sucedio fue...- paró de hablar para chequear si el omega habia vuelto a lanzar sus feromonas pero esta vez no habia caso - que habia sentido tus...- dejó que Lio pensara por si mismo a lo que se referia, al ver que asintió como dando a entender que comprendia, prosiguió - entonces solamente me shockeo. Me-me puse a pensar que posiblemente era peligroso pa-para ti exponer eso sin que te des cuenta -

Ya habia empezado a tartamudear, la mirada firme que tenia Messi lo descolocaba un poco pero aún así Memo no alejaba la suya.

-Te entiendo, yo también me preocuparia si veo algo como eso. Pero ser un omega dominante es muy dificil para mi, me cuesta ocultarlas por mucho tiempo - avergonzado, bajó la cabeza - perdón si te hice sentir incomodo con mis feromonas...

Guillermo habia notado el cambio de ambiente que se armó por la charla. Algo dentro de él se sentia dolido y con ganas de abrazar a aquel jugador.

Verlo así de apenado y triste no le gustaba para nada.
Con su gran habilidad de subir los animos a las personas, lo agarró de los hombros e hizó que se miren mutuamente.

-No pasa nada, no me incomodaste. Es más me gustó el aroma que liberaste, te representa muy bien - sus ojos seguros de si mismo habian cautivado algo dentro del omega.

Messi estaba espectante a aquellas palabras y Ochoa lo sabia.

-Y gracias por tu buena fé en nosotros. Estoy seguro que ustedes lograran hacer añicos a los arabes, no lo sobrepienses - guiñó un ojo y se dió la vuelta para empezar a caminar - Hasta luego Lionel.

Ya no se sentia presionado como antes de entablar esa conversación, se sentia tranquilo y eso lo aliviaba.

Menos mal que no decidió darse vuelta porque la imagen de Lionel sonrojado iba a ser su destrucción.

Yo ₙₒ puedo... [Messi/Ochoa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora