Extraños. Maitake

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Caminaba bajo la oscura noche mientras la fría brisa revolvía algunos mechones de su cabello rubio para luego recogerlos y taparlos en su gorro. Entró a un bar y pidió lo mismo de siempre. Así era su rutina. Quería una nueva vida, pero, esto era posible?

Mientras tocaba bajo su polera, el tatuaje de dragón, reflexiona.

Perdió absolutamente todo. Su familia, su mejor amigo, sus amigos, su motivación, todo quedó en el olvido. Así como su felicidad. Acaso merecía ser feliz? Kisaki lo había manipulado todo este tiempo, sus amigos querían ayudarlos pero ellos también fueron manipulados y terminaron mal. Sentía mucho rencor de si mismo por haber confiado en él. Y sobretodo de esa oscuridad que lo invade. No sabe que hacer con ella y eso lo desespera. Pensó que estaba bien dejarlos libres bajo el dominio de Kisaki, pero no funcionó.

Bebió su whisky de siempre y suspiró mientras miraba a las demás personas.

Todos tendrían sus cosas, sus objetivos en la vida, alguien que los espera. Otros quieren un suspiro de sus vidas agitadas y deciden ir a este bar, o disfrutar una noche con sus amigos. Un recuerdo le vino en su mente, de como todos de la Toman se reunían y bebían y luego regresaba a casa y Emma lo regañaba.

En ese lugar, se encontraba también personas que ya no sentían que tuvieran un propósito en esta vida, que estaban cansados y que lo único que podrían hacer era tomar y despejar sus pensamientos un rato, tal como él hacía.

Pagó, miró de reojo y se aseguró de que no lo seguían, para así marcharse e ir a su departamento.

Desde hace meses, se alejó de Kisaki y lo había amenazado para que no lo busque más. Sabe que es inteligente pero el también tiene contactos además de saber pelear. Igual... ya no tenía nada que perder.

Quería salir de esa vida, por lo menos descansar de ella y poder callar sus pensamientos llenos de culpa y dolor. Y lo trataba, realmente lo trataba.

A decir verdad, tampoco sabía mucho de Kisaki. Sabía que amaba a una mujer, Hina y que esta se había enamorado de un chico que Kisaki había dicho que era un "héroe".

Rio.

Solo recuerda que Kisaki le dijo que era rubio de ojos azules, y que su nombre empezaba con T... ya no recuerda. Siempre tuvo un poco de curiosidad conocer a ese chico. Kisaki sólo dijo que salvó a esa chica y le arrebató todo. Sim embargo, recuerda que luego se volvieron a encontrar. Supuestamente había terminado con ese chico, pero ella igual lo rechazó. Y toda esa amargura se convirtió en odio.

Hasta que luego la asesino junto con su hermano en un centro comercial. El nunca supo de eso hasta que lo vio en las noticias. Ya estaba cansado de los asesinatos, él sólo quería poder, por eso todavía se sigue culpando de por qué se dejó manipular por alguien que no superó a su ex y se obsesionó con esa pareja.

Capaz que los unía (él y Kisaki) el deseo de ser poderosos. Pero ahora ya no importaba. Estaba solo.

Llegó a su departamento y durmió. Le costaba dormir. Sólo, le consumia una gran tristeza, odio, culpa y soledad

Al día siguiente hizo lo mismo.

Para que Kisaki no lo buscara, lo había amenazado y ahora estaba en Manila.

Quería ver el lugar donde su hermano había encontrado esos dos motores, tristes y solitarios. Pero nunca tuvo tiempo de ir al estar buscando trabajo.

Terminó trabajando en una farmacia, y estaba buscando trabajo como mecánico. A decir verdad, quería ser corredor de motos pero eso lo localizaria.

La última vez que Kisaki lo vio, Mikey tenía el pelo largo y negro. Luego se lo tiño de rubio y se lo cortó y trataba de ocultar su tatuaje a toda costa.

Pero, amaba las motos. Le recordaba a su hermano, como se pasaba horas mirándolo junto a Draken como arreglaba las motos. Y luego salía con él, con Baji, Kazutora, Mitsuya, y Pahchin y se olvidaban de todo.

Acaso era posible esto?

Nota: Hola. Bueno, es una pequeña historia! Otra de Takemichi y Mikey❣️
Mikey es el de la primera linea temporal, el que tiene el pelo rubio corto y tatuaje.