La sensación del abrazo todavía seguía en la piel de ambos. Cálido, reconfortante.
Mikey mientras caminaba a su trabajo, mantenía una sonrisa y miraba sus brazos. Hace mucho que no abrazaba a nadie. Ni que lo escucharan atentamente y es que nunca había tenido a nadie a quien contarle sus sentimientos. No era que no confiaba en nadie, sino que siempre ocurría algo, problema tras problema, y cómo líder sentía que no podía llorar o sentirse débil. Se aislaba y lloraba sólo cuando eso pasaba. Esta era la primera vez que se sentía escuchado, que podía expresar cuánto los extrañaba y cómo se sentía. Que podía derrumbarse.
Se sentía mejor después de hablarle. Extrañaba mucho a su familia y amigos. Y ni bien empezó a entrar a su trabajo, una nube negra de pensmientos lo invadió. Saludo rápidamente a su compañero de farmacia y se escuso en ir al baño.
Mojó su cara.
No ahora. Tenía miedo, tenía miedo de que sus impulsos aparecieran. Siempre trató de controlarlos pero cada vez que perdía a alguien, cada vez que cometía un delito, lo hacia sentir míserable y mas con Kisaki a su lado.
"Él ya no está, no puede controlarte" se dijo a si mismo.
Y se largo a llorar mientras se sentaba.
Tenía mucho dolor. Hasta que una notificación lo alertó. La sacó y era un mensaje."Suerte en el trabajo! Que tengas un buen día. 😁😼"
Una calma lo inundó y sus pensamientos se desvanecieron. Recordó el abrazo.
- Takemitchy, que me hiciste? -Se preguntó.
...
T
akemichi estaba en lo mismo. Se sentía muy feliz después del abrazo. Y para que mentir, estar dentro de esos fuertes brazos y oler su perfume lo tenía fascinado. Pero, también le dio pena.
Mikey había perdido todo. Verlo llorar, le puso muy triste. Sabía que era un buen hombre, y quería verlo feliz.El por otra parte, también se sentía sólo pero ya no, se sentía tan feliz con él. La presencia de aquel rubio lo motivaba a ser mejor.
Hasta que entró a su trabajo.
Y la misma rutina de siempre. Escuchar a la gerente que le criticaba por todo, los clientes que algunos eran amables otros no. Él solo quería irse, caminar, llegar a casa y acostarse y luego mandarle mensajes a Mikey preguntando cómo fue su día.
Una sonrisa apareció en su rostro y se puso a trabajar.
...Mientras los días pasaban y se juntaba con el azabache a contar lo que hicieron, su afecto crecía aún más. Sus rulos despeinados con el viento, sus ojos azules más brillantes que nunca, la calidez que había sentido cuando sus manos se tocaron, donde él quería permaneces siempre. Amaba como Takemichi lloraba cuando veía una película o cómo se preocupaba por él cuando una vez se tropezó y se lastimó el brazo. Ese día siempre lo recordará porque pudo sentir sus manos pasar por su brazo, su tierno y cálido toque. Y su sonrisa. Eso, es lo que más le tenía embobado. Una sonrisa que al principio no la vio y luego fue apareciendo. Una sonrisa que siempre iluminaba su día.
Pero... el podía permitirse eso? Podía permitir lo que estaba floreciendo dentro de él? Podría permitir... que se estaba enamorando?Takemichi sentía lo mismo. Sentir que alguien se preocupa por vos, que le gusta pasar el tiempo contigo. Siempre le recomendaba ciertas películas y le hacía prometer que le comentara que le pareció. En su mayoría, a Mikey les gustaba de acción, venganza, thriler y terror. La última que le recomendó fue una de venganza, Kill Bill volumen 1. Pero siempre trataba de recomendarle otras, tipo drama. Y se sorprendió cuando un día Mikey aceptó ver una comedia romántica. Así que progresivamente le recomendaba otros géneros y eso le hacía muy feliz.
Salían a pasear y luego a comer. Mikey quejandose de su trabajo y Takemichi pensaba que era infantil, mas que nada cuando su cara se iluminaba al comer.Hay cosas que nunca admitiría en frente de Manjiro. Como que cada vez que se despedían, se miraban unos segundos como si fueran largos, hasta que se despiden. Ver esa sonrisa formandose mientras sube a su moto y le lanza un beso lo cual lo deja riendo sonrojado.
Le encantaba como ese rubio entró a su vida y lo hizo cambiar. Le hizo pensar que ahora es su momento, que ahora puede cambiar ciertos hábitos.
También, pensaba constantemente en esos fuertes brazos abrazándolo. Se sentía tan... protegido. Su perfume. Sus hebras rubias iluminandose con la luz del sol, sus ojos negros hermosos y su sonrisa. Su hermosa sonrisa.
Amaba como alegraba sus días.
Incluso cuando le mandaba un mensaje deseándole buen día mientras se dirigía a trabajar ahora más feliz que nunca.También un sentimiento iba floreciendo. Sabía que le atraía y lo empezó realmente a querer. Quería estar a su lado siempre. Pero, el podía permitirse eso? Sentía que estaba pidiendo mucho. Pero algo era seguro, no quería que se fuera de su lado.
...
Ese día puntual, había muerto Emma. Y con ella, se había llevado una parte de él. Su hermana, la que más lo entendía y escuchaba. Sólo quería que estuviera feliz. Pero ya no estaba. Solo quedaba su recuerdo.
No se sentía bien. Escuchaba como llegaba un mensaje en el celular. Sabía que era de Takemichi, pero hoy no tenía ánimos de nada.
Se levantó y trató de comer, pero no pudo. Todo lo que sentía era culpa y asco, asco por todo lo que hizo Kisaki, y que él creyera.
Otro mensaje.
Lo ignoró. Trató de distraerse mirando televisión. A su lado, vio un dvd que había alquilado que Takemichi le recomendó. Era una película de comedia.
Hizo una leve sonrisa.
Él siempre le recomendaba películas y muchas de ellas le había gustado. Una curiosamente era de mafia. No quizo hacer comentarios cuando se la devolvió. Takemichi solo asintió y le recomendó otras.
Ya no podía negar que podría sentir algo por el azabache. Le atraía mucho.
Pero hoy no quería verlo. Hoy no era un buen día.Nota: Hola! Muchas gracias por las lecturas, los votos y los comentarios!
Espero que les guste este capítulo🥰💕
Que tengan una linda semana!!

ESTÁS LEYENDO
Extraños. Maitake
ContoMikey de la primera linea, solitario, vivía con culpa hasta que entra a esa tienda y lo conoce... Los personajes son de Ken Wakui.