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Pov narrador:

Después del día de cuando Mikey le contó la verdad, Takemichi decidió quedarse junto a el. No quería perder lo único bueno que tenía en su vida. Lo hacía feliz tan solo con su presencia y sentía que cada día se iba enamorando un poco más de él. Pero quería hacer algo. No quería dejarlo sólo en su oscuridad.

Se propuso alegrarlo todos los días, le mandaba mensajes, memes, canciones, le recomendaba películas. Al principio pensó que era intenso, pero Mikey le aclaró que no. Además siempre le contestaba. Luego empezaron a salir más, algo que también beneficiaba a Takemichi ya que antes no salía mucho.

Disfrutar un poco de la vida y más con la persona que amas.

Un día estaba recostado mientras miraba videos, hasta que le apareció uno sobre como hacer una bufanda.
Decidió hacerle un regalo a Mikey. Así que fue a comprar lana. Quería una roja, vio como el casco de Mikey era rojo.

- Mikey-kun, se podría decir que el color rojo es tu favorito?

- Oh si. Siempre me gustó. Lo relaciono con la adrenalina.

Y la pasión, el es muy apasionado -pensó Takemichi.

Compro y se fue a hacer la bufanda. Tardó pero quería hacerlo lo más perfecto posible porque Mikey se lo merecía. Andaba medio oxidado pero quedó conforme con el resultado. Con el resto hizo algunos accesorios para la casa.

Cuando miró la serie nueva que hablaban todos, no pudo evitar relacionarla con sus sentimientos. Sabía que esta enamorado. Y es que como no? No siempre conoces un rubio guapo de unos ojos y mirada intensa con una sonrisa que te saca el aliento, preguntando por un dvd y que luego venga y te diga que tienes una hermosa sonrisa. Es un sueño? Pues preferiría no despertar de esa hermosa fantasía.

Pero no, sabía que era real y estaba muy feliz por eso.

Y no, no era de ser muy romántico. Les gustaba las series y películas románticas, pero nunca le atrajo la idea de tener pareja y era porque el mismo se sentía que nadie podría quererlo por ser como era. Pero el rubio le había demostrado lo contrario. Se sentía amado y querido. Y quería hacer su vida y la de él mejor. Ya es hora.

Cuando le comentó sobre la serie del momento y escuchó la opinión de Mikey, se puso muy feliz. Pensaba lo mismo que él y le gustó conocer un poco más su lado sensible.

Ni hablar cuando recibio gustoso la bufanda que hizo. Sintió una gran calidez y alegría inundarlo. Y luego ese beso... Amaba tener más contacto con él, desde abrazos hasta un simple beso en la mejilla. Si no mentiría que le encantaría un beso en sus labios, aunque su corazón no dejaría de latir intensamente.

Ni bien cerró la puerta, se cambio y trató de dormir. Estaba muy feliz. Desde hace mucho que no estaba así.

Takemichi siempre fue alguien solitario. No sabía nada de su papá y a penas tenía una buena relación con su mamá. Así que aprendió a cuidarse solo ya desde niño.
Siempre salía a jugar vestido de héroe y luego cuando conoció a cierto hombre, su vida cambió y quiso ser también pandillero.

Ahí tenía amigos pero a penas sabía pelear. Pero cuando lo tomaron como esclavo... su vida cambió para mal.

Sentía que no podía hacer nada bien y eso lo llevó a descuidarse, de sus relaciones, de si mismo y de su entorno. Luego se fue. El pensó que estaba bien huir. No sabía que hacer. No quería enfrentarse a la realidad, pensaba que era débil y ya. No se preocupaba por nada ni por él mismo. No tenía nada que lo hiciera feliz.

Hasta que llegó cierto rubio a la tienda. Al principio le pareció un poco raro que un hombre, atractivo y que tenía pinta de ser serio y pocas palabras, viniera a rentar una película. Luego miró su rostro, inexpresivo, con ojeras. Pero sus ojos... tan tristes. Nunca pensó que volvería.

Extraños. MaitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora