Piernas perfectas, uñas color perla, labios rosados, tacones Jimmy Choo, vestido Gucci, perfume Channel. Y una sonrisa tan radiante como el sol que confundida a los presentes en el pasillo, quienes esperaban encontrar un desastre de mujer, como si mi belleza y estilo dependieran de un hombre.
Le dediqué una mirada a mi exnovio y capitán del equipo de futbol, Derex Walsh, con su nueva novia, Marla Trayen, la recatadita con cara de mosquita muerta, que se encontraban recargados en la sección de los casilleros.
Las comisuras de mis labios estuvieron a punto de alinearse, por la amargura que me provocaba verlos juntos, pero mantuve mi sonrisa y centre en el atuendo de Marla, que consistía en un overol con camisa de cuadros. Como siempre, su mal justo era un crimen, ¿y qué demonios trae en sus pies?, ¿acaso le robo los zapatos a su abuelita?
Detuve mis pasos a tan solo un metro de ambos, escasos metros de ellos.
—Lamento interrumpir a la feliz pareja, pero están obstruyendo mi casillero —señalé el único casillero morado con el logo de BTS de brillantina, entre toda la hilera de casilleros azules.
—Oh, disculpa ⸺se apartó Marla, apenada.
Falsa, eso es lo que es, una maldita hipócrita falsa, que finge inocencia, porque no eres inocente cuando seduces a un chico con novia.
—Falsa —murmuré, abriendo mi casillero, porque callar no es mi fuerte.
—Nara —reprimió Derex— no es lugar —agregó, dejando viajar la mirada por el pasillo, ante los interesados espectadores, en espera de que creáramos un gran espectáculo.
Mi repuesta fue rodar los ojos, algo que siempre le ha fastidiado, pues delataba mi falta de interés en su pensar, lo que él considera una burla y falta de respeto. Pero antes de poder decirme algo, Marla lo sujeto del brazo con fuerza, este la miró y guardo silencio. Una sonrisa curvó mis labios, mientras de nuevo sentía esa opresión en mi pecho, por lo que me apresuré a sacar mi libro de álgebra y cerrar el casillero. Pero al girarme para ir a clases, me impacté con alguien.
Me eché hacia atrás con rapidez, al sentir un líquido empapar mi vestido.
—¡Mi vestido! — exclamé.
Con enojo miré al causante de aquel desastre. Quien resulto ser un chico alto, de cabello rizado y castaño, con cara delgada y ojos oscuros, portador de una piel ligeramente bronceada. En pocas palabras, es un tipo común, pero, sobre todo, el nerd que no dejo de encontrarme.
—Lo siento —dijo, pero su rostro mostraba desinterés en el hecho.
—¿Lo sientes?, ¡Lo sientes! —estaba furiosa— este vestido es Gucci, ¿sabes lo que cuesta? No, claro que no.
Aunque el precio es lo que menos me importa, este vestido es edición limitada, pero, sobre todo, le perteneció a mi abuela. No, ella no está muerta, pero la que lo va a estar seré yo cuando se dé cuenta de que he asaltado su closet y dañado su vestido favorito.
—Oye idiota —exclamó un chico de ojos azules y cabello rubio, quien se dirigió a nosotros furioso.
Igor es un amigo de Derex, y aunque él y yo ya no estamos juntos, eso no significa que dejemos de ser amigos.
Veo al grandullón tomar a Bastián de la camisa y pegar contra los casilleros. Pero por alguna razón el nerd no mostró temor. De seguro ya estaba acostumbrado a ser intimidado por los deportistas.
—Igor, suelta al chico —ordeno Derex, quien se resistió por un momento, pero que al final obedeció a su capitan.
Qué hipócrita de su parte proteger a los débiles, cuando antes solía molestarlos al igual que el resto del equipo.
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Nara Weedgood
Novela JuvenilLa más bella, popular y deseada de bachillerato nunca es dejada. Pero a Nara Weedgood la dejaron. A las chicas lindas solo les interesa verse bien e ir de compras. Pero Nara también ama los videojuegos. Todos piensan que las populares tienen mucha b...