—Dime, ¿Por qué no debí haberte dicho eso frente a todos? —preguntó ante nuestro silencio.
Masha fue la primera en reaccionar, por lo que me soltó con intención de ir hacia él.
—Tú, pedazo de... —calló y me volteó a ver al sentir que la sujeté con fuerza del brazo.
—Solo dije la verdad, ¿Cuándo eso se convirtió en un delito? —en ningún momento apartó su mirada de mí, como si Masha no existiera para él.
—¿Qué haces aquí? —Limpié mis lágrimas y me puse de pie—. Acaso me estas acosando.
Lo vi soltar un suspiro, al tiempo que desviaba brevemente su mirada de mí, delatando irritación.
—Realmente crees que eres tan importante. Sí acaso lo único valioso que tienes es mi chamarra —mencionó.
Bajé la mirada a la chamarra, la cual había olvidado que traía puesta.
—Devuélvemela —ordenó.
—No...
—Claro, vamos, quítatela —dijo Masha, pero me niego, luchando con ella.
No quería hacerlo, mi vestido estaba manchado, no pensaba caminar así por los pasillos de la escuela. Aún me quedaban tres materias.
—Basta, no quiero —aparte a Masha, un poco acalorada por la lucha, para seguido ver al nerd—. Te la devolveré, pero al final del día, bien.
Tomé la charola de la mesa y regresé al comedor para devolverla, pero antes de entrar al edificio el timbre sonó, por lo que voltee a ver Masha.
—Ve a clases, te alcanzo en un momento.
—¿Segura? —se mostró preocupada.
—Estoy bien, solo fue un momento de debilidad, puedo con esto —dije. La vi asentir y alejarse de mí.
Al entrar al comedor, la mayoría de los alumnos se habían marchado. Pero sin prestarle atención, avance al bote de basura para tirar el contenido de la charola, cuando una conversación llamó mi atención.
—Wow, aún no me la puedo creer que este año lleven a cabo la competición SmartDragons en Luthrivent en vez de Evork —dijo un chico de cabello rizado con entusiasmo—. Debemos crear un grupo y entrar.
—Deja de soñar Octavio, no somos tan buenos, y ahí compiten los mejores, nos destrozarían en cuestión de segundos, con que logremos conseguir boletos, podremos morir en paz.
—Cierto, investigaré cuando sale la preventa —el chico empezó a navegar en su móvil, mientras salían del comedor.
¿En serio harán la competición en Luthrivent?, creí que se llevarían a cabo en el Evork porque los principales socios residían ahí, a pesar de que el juego fue creado en Luthrinvent.
Dejé la charola en su lugar, y abrí el correo en mi móvil mientras me dirigía a mi salón, para revisar de nuevo la invitación y confirmar lo que decían los chicos, y efectivamente había pasado por alto que en una esquina de ella decía que la competición se llevaría aquí.
Y justo en el momento que mi móvil vibró, ante una notificación de un nuevo correo, alguien tiró del cuello de la chamarra. No sé lo que paso, solo que termine en el suelo al perder el equilibrio.
Aparté el cabello de mi cara y miré a Bastian sin creer lo que se atrevió hacer.
—No te pregunte cuando me la podrías devolver, te ordene que lo hicieras —dijo, para seguido continuar con su camino.
Pero qué idiota. ¿Que acaso su madre nunca le enseñó a tratar bien a las mujeres?
Estiré mi mano y tomé mi celular, notando que tenía la pantalla destrozada. ¿Acaso mi día podría ser peor?
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Nara Weedgood
Novela JuvenilLa más bella, popular y deseada de bachillerato nunca es dejada. Pero a Nara Weedgood la dejaron. A las chicas lindas solo les interesa verse bien e ir de compras. Pero Nara también ama los videojuegos. Todos piensan que las populares tienen mucha b...