Las hermanas Brown siempre habían sido muy distintas entre sí. Sophie, la menor de las cuatro, siempre se había considerado a si misma una mujer pragmática. Una mujer inmersa en la realidad. Ni una romántica como Paige, ni un alma libre como Augustine, ni optimista como Anne. ¿Pero por qué entonces seguía obsesionada con Timothée como a los doce años? Porque era una estúpida, quizá. O alguien sin escrúpulos, tal vez, teniendo en cuenta que estaba a tres días de casarse con su amigo.
Se volvió para contemplar el salón de baile y se sorprendió del cambio que había sufrido mientras ella había estado divagando en un rincón. Ahora ningún invitado bailaba en el centro de la pista, sino que estaban desperdigados como hormiguitas alrededor de las mesas que tenían los postres. ¿Cuánto tiempo había estado escabullida en ese lugar?
—Es una noche fabulosa — Emma se le acercó llevando un plato de postre entre las manos.
—Ajam.
—¿Quieres? — Le ofreció.
—No gracias.
—Seguimos con el horario previsto — Su amiga consultó su reloj de pulsera — Se viene una nueva tanda de baile. Será mejor que aproveches a Fred ahora, antes que te lo quiten sus amigos — Sacudió la cabeza — Parecen adolescentes alzándolo por los aires en cada oportunidad que tienen.
—¿No es raro? — Preguntó de repente Sophie, con la mirada extraviada.
—¿El qué?
—Fred... Timothée... Siendo amigos...
—¿Lo dices porque Timmy fue tu crush de niña? — Inquirió Emma con naturalidad.
Sophie se animó por fin a mirar a los ojos a su amiga.
—¿A tí no te parece extraño, verdad?
—No, en absoluto — Contestó Emma — Hasta yo he tenido un crush con Timmy.
—No, pero me refiero a... a... — Sophie hizo una pausa y luego sacudió la cabeza — No me hagas caso. Tengo la cabeza en otra parte.
—¿Estás bien?
—Si, solo es... el cansancio supongo.
La música comenzó a sonar más fuerte, y los que no se habían agolpado alrededor de las mesas del postre, aprovecharon para bailar. En algunas mesas todavía habia gente sentada, tomando en su mayoría vino de cosecha, cortesía de las bodegas de la familia de Fred. El susodicho se acercó hacia ellas y tomó a Sophie entre sus brazos, rodeándola por las caderas.
—¿Me concedes este baile? — Le susurró al oído.
Sophie dejó que Fred la llevara hasta la pista de baile y en ese momento la orquesta empezó a tocar música lenta.
—Puede que no lo parezca — Dijo Fred haciéndola girar con suavidad — Pero no soy un gran bailarín que digamos...
Sophie se echó a reir.
—Eso no importa — Le aseguró, enredando los brazos alrededor de su cuello.
Él apoyó su frente en la de ella.
—¿Y aún así has aceptado casarte conmigo? — Murmuró.
—Una locura, ¿Cierto?
Fred la besó. Estaba borracho, podía sentir el sabor del alcohol en sus labios. Pero como casi todos sus besos, se sentía agradable. Un calor tenue, muy tímido, comenzó a expandirse a través del pecho de Sophie, al tiempo que se convencía a sí misma de que era totalmente capaz de tranformar ese calor en fuego, en uno salvaje e inextingible.
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Champagne Problems || Timothée Chalamet
RomancePrimer libro de la Colección: Taylor Swift's Playlist Sophie Brown, a punto de casarse con el hombre de sus sueños, descubre que lo que siente por su vecino y mejor amigo de la infancia, quizá no sea solo algo platónico como ella pensaba. Y lo que e...