3 días antes
Habían sido pocas las horas de sueño que Sophie había tenido como para considerarlo un sueño reparador; pero aquella mañana se había levantado de un humor estupendo e incluso se obsequió una sesión rápida de ejercicio antes de darse un baño y bajar al comedor a desayunar. Desde que había llegado a Londres una semana atrás, no había tenido demasiadas oportunidades para descansar. Entre tantos preparativos, contratiempos y celebraciones, su tiempo se dividía entre Fred —su prometido—, y la organización de su boda.
Bajó a toda prisa del ala que ocupaba en el tercer piso de la lujosa mansión de los padres de Fred, y se dirigió a la cocina, situada en planta baja. En ese momento, la ama de llaves, –la señora Grady–, estaba preparando una bandeja con fruta, y Emma, su mejor amiga y wedding planner, estaba sentada en la mesa, tomando una taza de café mientras consultaba unos datos en su ordenador portátil.
—Buenos días — Saludó Sophie, alegre.
Emma alzó la vista y arqueó las sejas cuando vio la sonrisa franca y los ojos soñadores de su amiga.
—Buenos días, pareces muy animada.
—Me siento animada, y muy decidida — Respondió Sophie, tomando una magdalena de la mesa — Quiero café, todo el que tengas — Le dijo a la señora Grady.
Pero en vez de eso, la mujer le alcanzó un vaso con jugo de naranja fresco.
—El café te manchará los dientes.
—Como digas Grady, ¿Y dónde están los demás?
—He visto salir la camioneta de Fred hace un rato — Contestó Emma — Elena y Matthew salieron con él, creo.
—Y todos los demás se presentarán al mediodía con cara de pena para que les prepare un desayuno decente — Añadió la señora Grady, un poco malhumorada.
Sophie miró a Emma, que estaba enfrascada escribiendo algo en su ordenador.
—No estabas en el gimnasio esta mañana, ¿A qué hora te has levantado? — Le preguntó.
—A las seis — Murmuró su amiga sin apartar la vista de la pantalla — La novia del próximo sábado llamó. Al parecer su padre tuvo un accidente y se rompió la nariz.
—Vaya... — Dijo Sophie, sinceramente preocupada por la noticia que le acababa de dar.
—Está afectada, sobretodo porque no sabe qué aspecto tendrá para las fotografías. Pero me ocuparé de eso cuando tenga más información — Cerró su laptop y clavó la mirada en Sophie — Ahora dime, ¿Tú qué traes?
Ella se encogió de hombros y esbozó una sonrisa radiante.
—Nada, me siento muy ligera.
—Ay cállate, tan solo dí que no has parado de tener sexo desde que llegamos.
—Ayy... — Sophie se rió y se sirvió fruta del cuenco que le había alcanzado la señora Grady — No es solo eso. Pero ya que lo mencionas, si. He tenido mucho sexo durante sietes días consecutivos y ha sido estupendo, gracias por preocuparte.
—¿Quién ha tenido mucho sexo?
Timothée entró a zancadas, alto y esbelto, con unos jeans y una remera lisa azul opaco. Sophie se atragantó con su jugo, soltando parte de él por la nariz, y Emma estalló en risas.
—Buenos días, señoritas — Saludó él.
Sophie se levantó de golpe de su silla y fue directo al lavabo de la cocina, para limpiarse la cara. Timothée silbó por lo bajo al ver el majestuoso pastel de bodas que estaba en una de las mesas cerca de la encimera.
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Champagne Problems || Timothée Chalamet
RomantizmPrimer libro de la Colección: Taylor Swift's Playlist Sophie Brown, a punto de casarse con el hombre de sus sueños, descubre que lo que siente por su vecino y mejor amigo de la infancia, quizá no sea solo algo platónico como ella pensaba. Y lo que e...