6|Love slipped beyond your reaches

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A los ocho años, Sophie se había casado catorce veces. Se casó con tres de sus mejores amigas (en calidad de novia y novio), con su vecino de al lado, Timothée (a pesar de sus protestas), con tres perros, dos gatos y un conejo. Participó en innumerables bodas como dama de honor, madrina de la novia, padrino del novio y sacerdote. Aunque el "día de la boda", no era uno de sus juegos preferidos, le gustaba bastante hacer de sacerdote o Juez de Paz. Se celebraba en la propiedad de los Brown, con sus grandes arboledas, junto al estanque plateado del patio trasero. Y durante los fríos inviernos de Concord, Massachusetts, la ceremonia se desarrollaba ante uno de los más vivos fuegos que se encendían dentro de la casa.

Junto a sus hermanas, montaban bodas con temática sencilla o muy sofisticada: uniones reales, fugas de enamorados, circenses o en barcos piratas. La encargada de organizar todo era Paige (y a veces Emma), mientras que Augustine escribía los libretos y Anne conseguía el vestuario. No obstante, con catorce bodas a su espalda, Sophie comenzaba a estar harta del "día de la boda".

Hasta que años después, le tocó vivir su propio momento cuando Fred se arrodilló ante ella para pedirle matrimonio.

«No lo arruines, no lo arruines — Se dijo a si misma, asomándose desde lo alto de la escalera, echándole un vistazo a las flores de lirios que flanqueaban las barandillas y a los invitados que llenaban el salón — No lo arruines»

—Estás muy guapa — Le dijo Augustine subiendo las escaleras.

—Gracias — La voz de Sophie temblaba.

—Ven, te acomodaré una horquilla — Su hermana le hizo un gesto con la mano para que se diera la vuelta.

—Tú también estás muy guapa — Le dijo Sophie.

Era verdad, siempre lo estaba. Augustine lucía una reluciente melena rubia, que resaltaba un brillo especial en sus ojos color celeste claro. Sophie pensó que su bronceado era muy bonito, casi dorado, y recordó las veces que se había enfurruñado con su hermana, al compararla con su propia piel pálida y blanca como la leche. Era la "maldición de las pelirrojas", se dijo para si.

—Listo — Augustine la tomó de los hombros y la hizo girar nuevamente hacia ella — Estás preciosa, de verdad.

Sophie se limitó a esbozar la imitación de una sonrisa.

—Relájate, So. Es solo un ensayo. Mañana podrás enloquecer todo lo que quieras.

—Me da miedo — Admitió ella. Aunque lo que le daba miedo en realidad era cruzarse con Timothée. Le aterraba solo imaginárselo — Me quedaré sin voz, me tropezaré cuando baile el vals con papá...

Augustine se rio y abrazó con ternura a su hermana pequeña.

—No pasará nada de eso. Todo saldrá perfecto. ¿Recuerdas cuándo jugábamos al "día de bodas"? Bueno, es igual, pero esta vez de verdad.

—Tienes razón — Musitó Sophie con voz queda — ¿Fred ya está aquí?

—Si, y está aterrado.

—¿Ah si? Al menos no seré la única.

Emma y Paige subían las escaleras entre risas. La primera llevaba unos auriculares en una de sus orejas, evidenciando que continuaba en su modo wedding planner.

—Todos a sus puestos, está por bajar la novia — Emma dio la orden a través del auricular. Miró a Sophie — ¿Cómo te sientes?

—Muy bien. Todo es tan bonito — Contestó ella — Gracias por cada detalle.

Emma le agarró la mano y con la otra se sujetó el auricular a la oreja, para oir mejor lo que le estaban diciendo.

—Si, y luego hay un pequeño convite en el jardin, me olvidé de anotarlo — Respondió. Hizo una pausa — A ver, ¿Dónde está el padrino?

Champagne Problems || Timothée ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora