Viernes 23 De Diciembre

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Amaba observar todos esos resplandecientes y llamativos colores plasmados en cada zona y espacio de la gran ciudad

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Amaba observar todos esos resplandecientes y llamativos colores plasmados en cada zona y espacio de la gran ciudad.
Cientos de casas y edificios eran cubiertos por dichos colores haciendo que la ciudad se perciba mas viva que nunca. Sin duda la Navidad estaba muy cerca, eso se podía notar a simple vista.

Era una noche demasiado fría. Partía en un taxi desde el aeropuerto rumbo hacia su hogar. Hacía mucho no que veía su ciudad natal, habían pasado cerca de cinco años desde que partió a estudiar al extranjero. Ahora tenía 22 años, estaba de vuelta, y la verdad que ver una vez mas su ciudad la hacía llenar de mucha nostalgia. Cuantas historia, anécdotas y vivencias tenía en dicha ciudad, estaba muy contenta de haber regresado, aunque solo por un par de semanas.

El taxi la dejó frente a su hogar, no había cambiado mucho, solo unos detalles como su jardín y color de la casa.
Bajó sus maletas y su bolso. Pagó al conductor. Se acercó hacia la puerta y la tocó.

Unos brazos la envolvieron y un grito de felicidad se oyó, era su madre, la Señora Ayano quien la recibió con un cálido abrazo materno, estaba muy feliz de ver a su hija, a su pequeña "Ino"

-Hija, no sabes cuanto te he extrañado, dime, ¿Cómo has estado? Te ves muy linda. Pasá querida, saluda a tu padre, está en la sala.

-Sí, claro.- Dijo ella muy contenta.- Estoy en casa.

...

Recorría los pequeños pasillos de hogar, todo estaba igual, los cuadros, los adornos, hasta los mismos muebles.

Ahora estaba dentro de su antigua habitación que pasa su sorpresa estaba intacta, igual a como la dejó. Claro que algo sucia, ya que sus padres no la limpiaban muy seguido.

"Es bueno haber regresado" .- pensó mientras desocupaba su maleta llena de ropa poniéndola sobre su cama. Y preparándose para limpiar.

Buscando y limpiando entre los cajones de su closet encontró un poco de dinero, eran sus antiguos ahorros, que por cosas del destino olvidó llevárselos consigo. Estaba con suerte, ¿Con qué otra sorpresa mas se podría encontrar, pensó?

Luego pasó a acomodar las cosas de su bolso sobre su velador. Mientras lo limpiaba una pequeña caja cayó de entre los cajones. Era morada con un corazón en el medio, en el cual estaban escritas las iniciales I y N.

Y con tan solo verlas su corazón empezó a latir a mil por hora. Cientos de recuerdos brotaron en su mente, lo recordó a él, su despedida y su último...

Estuvo a punto de abrir dicha caja, llena de hermosos y tristes recuerdos de antaño, pero para su salvación o mala suerte su madre la llamó siendo hora de cenar.

Las horas se convirtieron en días y los días en semanas, ya era 23 de Diciembre. Y sobre el tema de la caja, Ino no se atrevió abrirla, quería tener todos esos recuerdos sellados, sí, era lo mejor, además ya había pasado mucho tiempo, y lo que está enterrado o sellado debe quedarse así.
Era un día viernes, sus padres habían salido de compras, Ino estaba sobre su sofá viendo algunas películas para no aburrirse, la verdad no tenía nada que hacer y la flojera la consumía poco a poco.
De pronto el timbre de la casa resonó. Apagó y dejó a un lado el control de la televisión. Se dispuso a abrir la puerta, no sabiendo con qué gran sorpresa se encontraría.

Luces De Navidad (Naruino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora