Hoy era el dia, no sabia con exactitud cuando Sunoo habia empezado a ser caballero. Pero ya habia pasado un mes, y al no saber si ella ya habia llegado, lo mejor era prepararme cuanto antes.
Me prepare con dias de antelación, y cuide mi comportamiento con la madre de Sunoo. No sabia como los encontraria, pero debia arriesgarme. Ademas sabia sus apellidos, y podria preguntar.
Acomode mi ropa, que contrastaba con las camisas y pantalones claros que mi madre me daba. Era un saco negro, con pantalones grises. Los robe de la unica sirvienta que teniamos, Ema.
Volvia a chequear el pasillo, y al ver todo en silencio, cerre mi puerta con llave y descendi por la ventana. Aterrize en el pasto, y un ambiente fresco me envolvio, con la noche sobre mi.
Ignorando el dolor en mis rodillas, comencé a caminar.
Me asegure de cubrir bien mi cabello, y avanze rapido, perdiendome entre los arboles.
Mi idea era llegar al camino que conducia al palacio, ya que donde nosotros viviamos estaba en medio del bosque que rodeaba el castillo imperial.Debido a la negrura, y sin nada para alumbrar, tuve varios cortes pero nada grave. En unos, tal vez, veinte minutos llegue al camino de tierra.
Y me dirigí al lado contrario al palacio, hacia el pueblo.
Cuando estuve en las calles, me perdi varias veces buscando esa fuente. Era ya el amanecer cuando la encontre, y a ellos.
Un grupo de caballeros, donde Sunoo entrenaria para ser reconosido.
Dude en acercarme, no queria que me lastimaran, ya que no sabia como Sunoo se habia acercado a ellos.
Al estar en medio de la plaza, varias personas pasaron por mi lado, pero me sorprendi al sentir un empujón y cai de bruces al suelo, raspandome con las piedras.-Oye, sal del medio, basura.-me escupio el hombre, antes de patearme el estomago.
Solte una queja, y sin pensar le tire unas rocas al rostro, que le dieron exitosamente.
Sonrei, y me apresure a levantarme.-Tu eres una basura, animal, respeta a los que si son civilizados.-dije, limpiando mis ropas.
Aún no me acostumbro a esta voz tan suave, extraño mi voz gruesa. Parezco un niño.
-Maldito....-murmuro, con una de sus manos tapando sus ojos.
Me voltee, indignado, no recordaba que los ciudadanos en la novela fueran tan brutos.
Pero solo pude dar un par de pasos, antes de volver a caer. Lo mire, furioso. Se habia lanzado sobre mi, cuando era el doble de mi tamaño.
-¡Quitate!-grite, removiendome pero era imposible, era muy pesado.
-Asi son los gusanos, molestos, pero si les das un pisotón se mueren.
-Yo diria que los más molestos, son los que hablan y caminan entre los humanos.-murmuro una voz desconosida, y se oyeron varias risas distintas.
Trate de ver, pero estaba boca abajo con la mano del tipo en mi cabeza para que no me levantara, ademas de la capucha puesta, y solo veia varios zapatos gastados de tonos marrones y negros.
Quise hablar, pero las comisuras de mi boca dolian contra el suelo.
-Señores, este niño me ofendio, solo estoy dandole una lecci...-algo lo hizo callarse, y agradeci no escuchar mas su asquerosa y repugnante....
-Sueltalo, imbécil.-dijo otra voz.
Vi como los zapatos se acercaban, me asuste un poco al ver varios, y que pensarian los caballeros si continuaban en la fuente. No queria que vieran como me daban una paliza, no podria acercarme con dignidad.
Cerre los ojos, pensando en una salida. Si me ponia a llorar y suplicar, seria vergonzoso pero solo se reirian y me dejarian. Si trataba de defenderme... Era difícil estando en el suelo, ya... No tenia muchas opciones, quizas alguien se apiade de este pobre niño.
Pero senti como el peso sobre mi desaparecia, y escuche unos sollozos.
-Veamos.
Abri los ojos, cuando varios pares de manos me dieron vuelta. Y los mire cara a cara, sonrojado.
Ellos estaban sonriendo, y quise meterme bajo la tierra por la vergüenza.
Los caballeros.
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𝐭𝐡𝐞 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐜𝐚𝐫𝐧𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧-Sunoo Harem
ФанфикSeonwoo es un estudiante normal, pero cuando cree morir, reencarna en una novela romantica.