Kara POV.Es el último día del año y toda la calle fuera de las oficinas de Catco está tan abarrotada de gente qué sería imposible distinguir a alguien en específico dentro del montón, pero por supuesto esa regla no aplica a Lena; porque sólo me bastó una rápida mirada a la multitud a mi alrededor para encontrarla a ella a la distancia luciendo tan hermosa, vistiendo un largo abrigo rojo cómo la sangre y sus labios pintados del mismo color, me sonríen ampliamente a la lejanía, y juro qué esa es una de las imágenes más perfectas qué he visto alguna vez.
Empiezo a caminar rápidamente hacia ella, totalmente ensimismada en su pose relajada y feliz en medio de las agitadas personas en medio de la calle. Sonrío en respuesta a ella, viendo con ternura cómo el fresco aire de invierno mueve graciosamente su cabello negro suelto al viento, y Santa sin embargo no se molesta con eso, y su descomplicada reacción sólo hace ampliar mi sonrisa hacia ella, porque me descubro amando un poco más todas las gracias qué maravillosamente la componen.
Lena, baja su mirada hacia el suelo nerviosamente y por el ligero rubor en sus pálidas mejillas, me doy cuenta de qué ella puede haber leído mis recientes pensamientos, pero no puedo enojarme por eso, no cuándo ella logra verse aún más tierna esta tarde y lo mejor de todo es qué su expresión es sólo para mí.
- Eres linda cuándo sonríes así.- murmura ella, volviendo a subir su mirada verdosa sobre mi rostro y el enorme brillo de sus ojos me roba por completo el aliento. - Y me gusta mucho más saber qué tú sonrisa es por mí.- me confiesa, mostrando esos lindos hoyuelos mientras me sonríe con más ánimo en mí dirección. - Sí sigues diciéndome esas cosas y mirándome así, te juro qué no querré alejarme nunca más de ti.- le advierto en un susurro, acercándome lentamente a sus sonrientes labios. - Esa es la idea, Kara.- me responde por lo bajo y sólo puedo besar sus tentadores labios con los míos en un beso lleno de cariño, mismo qué sus labios responden con el mismo afecto. Mi corazón late cómo loco en mi pecho, amando el roce de nuestros labios tan juntos, así cómo no estábamos desde esa vez en el estudio de su mansión. - Extrañaba tus labios, Len.- le confieso en medio de un jadeo por aire sobre sus labios abiertos y me inclino sólo un poco sobre su boca, para dejar un casto beso sobre ésta, besando la hermosa sonrisa qué nació en sus labios al escuchar mis últimas palabras. - Y yo te extrañé a ti, Kara.- susurra sobre mis labios, logrando qué todo mi cuerpo tiemble en un bienvenido escalofrío al sentir su aliento chocar con mis húmedos labios con sabor a sus besos.
Sonrío cómo tonta al saber qué ella al igual qué yo me extrañó, porque estos días sin Lena habían sido tan largos cómo eterna sequía y sólo el sabor de sus labios bajo mis besos, calmaron todo el anhelo qué siento por mi pelinegra.
Alzo mi brazo derecho sobre su hombro y lo acomodo con delicadeza para juntarme lo más posible a ella, porque sí sigo viéndola, besándola y escuchando todas nuestras confesiones, sé qué no podré cumplir el plan qué tan cuidadosamente pensé para mí primera cita oficial con la linda y tierna Santa Claus. Lena, ríe nasalmente aceptando gustosa mi gesto y casi me derrito a su lado al sentir su mano enguantada envolviendo con cariño mi cintura, mientras empieza a caminar llevándome consigo atravesando a todas las desconocidas personas en medio de la calle.
- ¿A dónde quieres qué nos lleve?- me pregunta en un susurro cuándo entramos al estacionamiento de Catco. - No quiero qué nos lleves a ningún lado.- le respondo rápidamente, separándome de su confortable cuerpo, sólo para encontrar su mirada curiosa sobre mí. - ¿Y qué haremos entonces? Porque sólo me invitaste a salir y no me diste más detalles y estoy tratando lo más posible de no entrar en tú mente y descubrirlo por mi cuenta.- me dice en tono juguetón.
No puedo evitar guiñar un ojo coquetamente a ella, viéndome algo traviesa para la dulce Santa y juro qué puedo ver algo en sus ojos verdes, qué brillan tan distinto ahora qué recorre todo mi rostro con sus ojos hasta posarse sobre mis labios. Y sí ella no fuese quién en realidad es, juraría ver algo de fuego en su mirada qué no puede ser producto más qué del deseo y saber qué sólo bastó un guiño de mi parte para causar esa reacción en ella, eleva mi ego cómo la espuma y ni qué decir de mis ganas por entregarme a ella y de qué Lena se entregue por completo a mí, tal cómo sé nunca lo ha hecho con nadie más.
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XXV
FanfictionNo hay nadie en el mundo que deteste tanto la Navidad cómo Kara Danvers; porque para ella es una fecha sin ningún sentido y el mayor engaño de la historia de la humanidad. Kara, piensa que ésta será otra nefasta Navidad cómo cualquier otra; salvo q...