Capítulo 28

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La mano del Uchiha acariciaba la espalda de su novio con cariño, Naruto sonreía feliz de estar con él -creímos que la Hyuga había estado detrás de esto- el rubio mordió sus labios -no te preocupes, ya estoy aquí, Haruna aún no aparece, pero es cuestión de tiempo, en cuanto la abuela negocie con el Tsuchikage tendrá que entregarla y el maldito infierno le caerá encima por engañar a papá, lo que en verdad me preocupa es él, lo lastimaré y me siento mal -Itachi besó su hombro con cariño -tú no tienes la culpa, Jiraiya-sama lo entenderá, la única culpable es esa tipa, ella es quien lo lastimó al usarlo para llegar a ti -Naruto se sentía desdichado, su papá por fin era feliz, mordió su labio reteniendo un puchero -deberías irte Ita, puedo sentir que está por llegar a la torre -el azabache sonrió con cariño, besó sus labios, regresaré mañana temprano, mandaré un clon a anbu, quiero estar contigo -el rubio sonrió con cariño -te amo Naru -los labios del menor se dejaron poseer suavemente -también te amo Ita-

…..

El sannin entró con velocidad a la oficina kage, vio a su sensei y a la rubia, Tsunade evidentemente estaba molesta -¿qué demonios sucedió? vi a los anbus en nivel de alerta dos, mis informantes dicen que el vejete de Oonoki invadió, pero no veo nada, vine tan rápido como pude -la rubia apretaba sus puños, estaba por hablar pero fue Hiruzen quien intervino como asesor -hace unos días, secuestraron a Naruto después de una reunión con sus amigos -Jiraiya dejó caer sus brazos con terror -calma, ya está aquí, al parecer suprimieron el poder de los bijus mientras lo mantuvieron cautivo, estaba drogado, afortunadamente despertó y regresó con velocidad mientras la invasión tenía forma. Itachi y él no permitieron que tocaran la aldea, el poder de ambos es impresionante, Naruto se hizo con Goki y Yonbi, perdió mucha gente ese anciano -

Jiraiya respiró hondo soltando el aire que retenía más tranquilo -¿cómo demonios se infiltraron?, ¿quién se lo llevó? ¿algún equipo anbu? ¿ya los están buscando? -el tercero guardó silencio, giró su mirada a la rubia, esta no aguanto más, azotó su mano contra su escritorio quebrándolo -esa hija de puta se va a morir, me largo, necesito un trago -la rubia salió por la puerta azotándola y dejándola casi caer, Hiruzen negó con frustración -¿qué sucede?, ¿de quién habla? -el tercero respiró hondo el tabaco en su pipa y lo soltó tomando fuerza -lo lamento Jiraiya, fue Haruna- el sannin abrió sus ojos con miedo, negó lentamente -de… debe haber algún error sensei, ella no pue… puede -lo último lo susurró, ahora entendía todo, su sensei y Tsunade no le mentirían, ¿quién podría fijarse en un mujeriego como él? -todo fue una maldita mentira, expuse a mi renacuajo por buscar mi felicidad -se levantó reteniendo lágrimas en sus ojos -soy un idiota, necesito ver a mi hijo-

Su sensei apretó su hombro -no fue tu culpa Jiraiya, esa mujer llegó después de que Kyubi atacó la aldea, estuvo buscándolo y la manera de dar con él, fue paciente y se salió con la suya, no puedes juzgarte de esa manera -el sannin sonrió forzado, asintió, salió del lugar devastado, caminó con la moral en el suelo, se había burlado de él, era un idiota. Al llegar al departamento, Naruto lo recibió con un abrazo -lo siento, lo siento, fue mi culpa papá, te lastimaron por mi culpa -el rubio lloraba con tristeza en los brazos del sannin, Jiraiya lo abrazó con cariño -no digas tonterías renacuajo, soy el maldito mejor espía de la aldea y me vieron la cara, me dejé deslumbrar, pensé, pensé que en verdad había una oportunidad para mí, fui un idiota y te puse en peligro -el pequeño negó desesperado -tú eres el mejor papá de todos, no te culpes -el sannin lo abrazó más fuerte, no quería que viera como derramaba lágrimas.

…..

Jiraiya estaba sentado en una banca de un parque observando a los niños jugar con la mirada perdida, el sol comenzaba a ocultarse, se sentía un estúpido, lo habían humillado de la peor forma, sintió como alguien tomó asiento a su lado, su mirada se endureció -¿vienes a burlarte de mí? -Tsunade lo vio con sorpresa, su mirada se afiló -no digas estupideces, soy tu amiga maldita sea -el sannin pensaba, esa maldita palabra nuevamente, si pensaba consolarlo, era la última forma que esperaba obtener -no te necesito "amiga" ¿puedes dejarme solo? -la rubia se sintió mal, mordió su mejilla con frustración -po… podemos, ya sabes, tener esa cita de la que hablabas antes -el sannin se levantó con coraje en su mirada -no necesito tu maldita lástima -se dio la vuelta, caminó lejos de la rubia, Tsunade abrió sus ojos bastante, dejó caer su cabeza hacia atrás, había hecho todo mal.

Haciendo que todo funcione (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora