2.

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Me límite a dar vueltas por la habitación. Tantas, que hasta me parecía todavía  más oscura de lo que era. Decidí acercarme a la ventana. No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado, pero ya estaba anocheciendo y Christopher aún no daba señales de vida.

Golpeé la puerta de la habitación para que Yongbok me oyera. Tenía muchísima hambre. Si además de tenerme encerrada no me daban de comer... Yongbok abrió la puerta con una sonrisa que transmitía calidez, y no pude evitar volver a fijarme en sus pecas.

Una pregunta rondaba mi cabeza, ¿que hacía él, un chico con aspecto inocente, metido en ese extraño lugar? Aunque lo mismo podía decir de mí, que inocente no es que fuera mucho, pero igual, ¿que cojones hacia ahí?

—¿Tiene hambre señorita Lim? —Yongbok me sacó del trance de nuevo.

Solo asentí con energía. Él esbozo una sonrisa y llamó a alguien agarrando el aparato de su oreja. Unos minutos más tarde, Minho apareció con una bandeja que contenía un plato pequeño con un potingue amarillo, y un vaso de cristal con agua. Me fijé en que detrás de él, había otro chico, pero parecía más pequeño. Tenía el pelo negro y los ojos muy rasgados. Minho le tendió la bandeja al menor, que la llevo con torpeza a la habitación. Cuando salió de esta, tropezó, pero le agarre el hombro, evitando que cayera de bruces, y de inmediato hizo un gesto de agradecimiento.

—Jeongin, retírate de una vez. Y deja de ser tan torpe —Dijo Minho, mirándole con el ceño fruncido. Dios, no le soportaba.

Jeongin se fue cabizbajo y quise darle un abrazo a pesar de que ni siquiera le conocía. Me acerqué a la bandeja y la observé con discreción.

—¿Quién ha cocinado eso? —la señalé y miré a Minho.

—Pues yo, claro está, con mucho cariño y amor para la invitada. —ironizó, rodando los ojos—. Las cocineras, señorita Lim. Yo solo he supervisado su preparación.

—No me lo comeré entonces.

—¿Tienes miedo de que haya dejado que te envenenen? ¿Realmente crees que teniendo que aguantarte por el señor Bang pondría en peligro tu vida, niñita?

—Solo creo que serías capaz de envenenarme con tal de que yo "no diera más problemas" —Lo estaba desafiando. Quería saber a que niveles estaba dispuesto a llegar.

Minho rodó los ojos, apretó los puños y empezó a acercarse a mí. Tanto, que creía que iba a golpearme y hacerme tragar el puñetero puré hasta que no quedará nada. Dirigí mi mirada a Yongbok, pero estaba inmóvil, como siempre que Minho aparecía.

El castaño se colocó justo enfrente de la bandeja, agarró el tenedor y cogió una pequeña porción del puré amarillento que había ahí. Se lo metió en la boca y masticó, luego se sentó en la cama y me observó. Conté diez minutos hasta que Minho se levantó.

—¿Me ha pasado algo? ¿No, verdad?
Pues empieza a comer y deja de decir gilipolleces, Nabi.

Minho salió de la habitación. Era la primera vez que me llamaba por mi nombre en vez de decir "señorita Lim".
Lo más raro, es que no entendía como podían saber mi apellido y mi nombre.

¿Tanto me habían investigado el señor Bang y sus guardaespaldas?

-Muñeca de la mafia- (Imagina con Stray Kids)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora