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-¿Estás bien ricitos?-Leo preguntó con cuidado.

-Sí Leo, no te preocupes, sólo me da bronca ese tipo-suspiró molesto Ochoa.

-Lo entiendo, después de todo ha pasado un corto tiempo, decíme ¿aún te gusta Guardado?

-No lo sé... hace tiempo que no lo veo. Le pedí de favor que no nos viéramos por un tiempo en lo que eliminaba mis sentimientos por él pero es difícil, siempre me quedó pensando en el qué hubiera pasado si confesaba mis sentimientos.
¿Crees que me hubiera aceptado?

-Si de verdad es una persona pensante no veo motivo por el cuál te hubiera rechazado, por lo menos yo no lo haría...

-No lo sé Leo, él sólo me veía como su mejor amigo, no entiendo qué es lo que le vió a ese tipo, ¿acaso es porque yo no soy tan alto cómo él? Tch... olvídalo no llegaré a ningún lado si me quedó en el pasado.

Messi asintió intentando ocultar que de alguna forma sus palabras lo pusieron triste. Sabía bien que le iba a tomar tiempo al contrario terminar con ese amor unilateral pero esperaría, después de todo él no tenía en claro sus sentimientos por Ochoa, quizás sólo fue el calor del momento lo que los hizo ponerse un poco más cariñosos de lo normal. Y aún así Leo no entendió porque le dolía el corazón, cada vez que Ochoa le hablaba sobre Guardado.

Memo se quedó sólo un par de días con Leo, después regresó a México para seguir entrenando. Era inevitable no sentir su ausencia, cada vez que el de rulos se quedaba con él se sentía completo pero ahora que no estaba, Messi no tenía ni fuerzas para levantarse de la cama.

Seguía yendo a los entrenamientos con la selección para remarcar lo que podían mejorar pero si era sincero, las dudas aún lo atormentaban, sentía que ese no era su lugar y que sólo les estaba ocasionando más problemas al equipo. Todos practicaban duro y se esforzaban mientras él sólo veía de lejos.

Pero fue en uno de esos días lluviosos cuándo Leo se quedó en casa a atormentarse con sus propios pensamientos que alguien llegó para devolverle el rumbo inconscientemente.

-Oh, hola Cris no me avisaste que vendrías ¿sucede algo? Pasa.

Messi abrió con cuidado la puerta e hizo entrar al famoso jugador que el mundo decía era su rival.

-No es nada, sólo quería venir a visitarte, me enteré que no estabas muy bien.

-No sé quién dijo eso pero está equivocado, sólo me estoy tomando unas pequeñas vacaciones, ¿qué hay de malo en eso? Como sea, ¿querés un vaso de agua?

-Por favor, Leo. Bueno no importa, aún así quería verte ¿te dejaste crecer el pelo? Te ves muy lindo.

-Yo siempre me veo lindo querido- Messi dijo riéndose.
Bueno dejémonos de tonterías ¿qué es lo que querés realmente?

-Bien, me gustan las cosas directas así que iré al grano. Te quiero a ti.

Messi escupió el agua carcajeandose por la confesión del contrario.

-¿Pero qué cosas dices boludo? Gracias por hacerme reír un poco pero bueno andá ya dime que querés que no tengo todo el día.

-¿Por qué interpretas esto como una broma? Lo digo en serio Leo, te estoy diciendo que me gustas.

-No te creo chabón, no tiene sentido. Bueno imaginando que lo qué dices es cierto ¿qué esperas que pase? ¿Saldremos así como así?

-Pues claro, ¿por qué no? ¿acaso no soy tu tipo? No mientas, sé bien qué lo soy.
No hace falta que yo te guste por el momento, me esforzaré para ser el único hombre que veas.

-Sí claro, ni creas que caeré en tu sucio juego boludo, si eso es todo lo que viniste a decir, por favor vete no estoy interesado en salir contigo.

-Está bien me iré pero ni creas que me rendiré tan fácil, seguiré viniendo así que de a poco te acostumbraras a mi presencia, créeme.

-Como sea, andá la puerta está por allá.

Y así fue como Messi se quedó solo sin saber que acababa de ocurrir, nunca se hubiera imaginado que Cristiano Ronaldo su rival dentro de la cancha acabaría confesando sus sentimientos hacia el 10.

‧͙⁺˚*・༓☾𝙍𝙖𝙞𝙣 𝙊𝙛 𝘿𝙤𝙪𝙗𝙩𝙨☽༓・*˚⁺‧͙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora