Carmen estaba terminando su clase del último día escolar. Miraba por la ventana mientras sus alumnos contestaban el examen de fin de año. Al otro lado del vidrio parecía un universo diferente, la luz de la tarde iluminaba todo de una manera hermosa. Los pensamientos rondaban en torno a sus planes para vacaciones.
Últimamente la frialdad se estaba tomando la intimidad en su matrimonio y sentía que necesitaba nuevos aires. Tal vez una aventura, quizás un romance. Una emoción que sacudiera su ser.
En su mente rondaba un texto que leyó hace poco. En él, una mujer somete a un hombre a su voluntad, obteniendo un placer increíble. Ella repasaba palabra por palabra, queriendo sentir en su ser el poder que esta mujer ficticia tenía sobre aquel hombre.Cada frase formaba una imagen mental en su cabeza de fantasías nunca imaginadas, de situaciones. Sensasiones que se trasladaban a su cuerpo justo en ese momento en que un alumno le pregunta...
Profesora, ya acabó la clase. Todos hemos dejado el examen acá y yo soy el último en terminar. Felices vacaciones!
Carmen llega a su casa, como si el piloto automático la hubiera traído. Se descalza, su marido la recibe con un beso y la cena lista. El tiempo va pasando... ella ve cómo su esposo le habla y ella responde, pero sin siquiera darse cuenta de que en su mente sólo hay algo.
Será que ya hay una nueva actualización del relato? Entra ansiosa a su estudio, abre su computador y busca la página de relatos. Selecciona al autor que le interesa, pero siente algo de decepción al ver que la historia está en el punto en el que ella había terminado de leer.
"Karla, sentada en su sofá observaba como su esclavo (ese hombre poderoso de mirada fría) lamía sus tacones altos con devoción. El vino inundaba su boca y ella ha tomado la decisión de dejar correr un poco de ese precioso líquido por sus piernas"...Uff... qué pasó? por qué no ha seguido escribiendo?
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