Mis relatos

Hagamos un Trío - P3. Promesas rotas

En esos días mi esposa estaba en otra ciudad y yo, en casa. Mi moto estaba en reparación y se iba a demorar bastante. Por lo tanto casi no me movía de casa, además tenía mis lesiones y estaba muy pendiente de la salud de mi madre.

Salimos a tomar café dos veces, nos contamos muchas cosas. Ella me contó que estaba enamorada de un hombre y que era algo que no podía seguir. Yo le conté de algunas de mis historias.

Mi esposa me llamó al final de una de esas salidas con Lorna y se dio cuenta que estaba saliendo con alguien. Yo le dije que había salido a tomar café con una mujer y le dije que había sido con MaTe (yo le había contado a mi esposa esa historia, no con todos los detalles, pero le había dicho que ella sólo era una amiga). No supe por qué no le dije que estaba tomándome un café con la esposa de mi compañero de universidad, aunque ella se enteraría pronto.

En alguna de esas conversaciones surgió el hecho de que cumplo años justo al final del año y ese día ella quedó en ir a mi casa. Yo fui a recogerla a una avenida cercana. Ella estaba con una blusa hermosa que dejaba al descubierto sus bellos hombros, unos jeans y unas sandalias bajitas. La recogí en un taxi y llegamos a mi casa.

Le hice mi mejor café (que por cierto es muy bueno) y conversamos... miradas pícaras, complicidad.. todo eso fluía, hasta que mi mascota (Kira, una perrita negra) llegó a jugar con ella.

Definitivamente no puedo competir con la ternura de Kira, hasta que por fin se calmó un poco. Lorna terminó su café y me decía que ya casi tenía que irse.

Me armo de valor y de un movimiento rápido logro subir a Lorna sobre mis piernas, arriesgándome a una cachetada. Sin embargo tu cierras los ojos, nos besamos, nos sentimos y vivimos en segundos una eternidad interminable de romance y pasión. Mis manos se agarran de tu culo mientras nos consumimos en ese beso hermoso. Es una lástima que tengas que irte, pero este momento fue el comienzo de una aventura increíble!

Nos despedimos y los siguientes meses pasaron muy rápido. Nos encontrábamos para almorzar, para sólo saludarnos, chateabamos todos los días. Nos enviabamos muchas fotos. Me enamoré perdidamente de ella. Estaba en las nubes.

Sin embargo, cuando hablábamos de tener sexo, siempre ocurria lo mismo. Quedábamos en encontrarnos pero Lorna siempre cancelaba con cualquier excusa. Inclusive después de muchas promesas rotas, acabamos nuestra relación.

Lorna me pidió alguna vez que le ayudara con clases para su hijo. Yo accedí e iba a su apartamento y la saludaba muy serio, hasta que volví a caer nuevamente, el enamoramiento era muy fuerte. Llegó el mes de octubre y nuevamente decidimos intentar encontrarnos. Esta vez si cumplió.

Fue hermoso, espectacular. Sentí la conexión más maravillosa que podría sentir un ser humano viviendo el amor. Más que sexo fue puro amor. Yo me sentía en las nubes.

(Recuerdan a Wall-E bailando con EVA en el cielo? así..)

Literalmente caminaba en las nubes. Pero todo esto se perdió nuevamente. Lorna empezó a alejarse y después vino la pandemia...