Pasó diciembre y llegaron las noticias de la pandemia desde China. Aún parecÃa algo lejano. Mi madre murió en marzo y fue muy duro para mi. Ya casi no hablaba con Lorna. Entramos en cuarentena en mi paÃs.
De repente Lorna me empezó a escribir. Me contó que estaba viéndose con un vecino y que posiblemente iban a hacer intercambio de parejas. Ya habÃan hecho trÃos con otra mujer. Me decÃa que le encantaba ese hombre y que le habÃa dedicado canciones. Yo por dentro morÃa de envidia, pero le decÃa que me alegraba mucho por ella.
Mi gran error, enamorarme de una mujer que a todos trata de manera especial, que a todo el mundo le dice "mi amor".
Asà pasó el tiempo y después de muchos meses, de saludos esporádicos, de ya no creer en las palabras dulces de ella.
De pronto un dÃa me dijo, "¿quieres hacer un trÃo conmigo y mi esposo?" Yo no lo pensé dos veces y le dije que sÃ. Organizamos un grupo de whatsapp donde hablábamos los tres, intercambiamos imágenes y hacÃamos chistes al respecto hasta el dÃa acordado.
Ese dÃa le dije a mi esposa que iba a jugar billar con mi amigo. Lo que ella no sabÃa es que también iba a estar su esposa...
Por fin llegamos al motel. J sacó unos dados de juegos eróticos y asà empezamos a calentarnos...
El primer beso fue nervioso, no querÃa que J se diera cuenta todo el deseo que traÃa por L, pero después todo se fue relajando. Yo les tomé muchas fotos y trataba de participar sin sentirme mal.
De repente J empezó a alabar el culo de su esposa, a agarrarlo fuerte y entendà que estaba marcando territorio, que querÃa decirme que ese cuerpo era sólo de él. Para él, este momento era el indicado para hacerme saber que Lorna era suya y yo lo respeté.
Observé cómo tenÃan sexo, porque no hacÃan el amor como esposos, tenÃan sexo como amantes. Él la clavaba por todos lados y de pronto ella toma mi mano y me mira a los ojos mientras él no deja de moverse. Soy testigo de primera mano de su pasión, de su amor y de la libertad de disfrutar de su sexualidad de esta manera.
Este es un momento bello, aunque siento dolor por no poder amarla como deseo, me doy cuenta de la mayor enseñanza.
He aprendido que aunque el amor es uno sólo, es posible amar de diferentes maneras. He aprendido que me entrego demasiado, que me entrego con todo, en cuerpo y alma.
Ya puedo soltar tu mano mi hermosa Lorna, ya puedo verte ir.
En un principio este relato iba a servir para descargar mi frustración y mi dolor.Hoy me doy cuenta que todo ha sido hermoso
Gracias mi gran maestra por enseñarme tantoGracias por notar mi existencia cuando nadie me veÃaGracias por dedicarme aquellos momentos hermososGracias por mostrarme que estoy vivo, que amo, siento y sufroGracias por hacerme notar que soy un caballero diferente a los demásGracias por mostrarme lo que no me gustaGracias por hacerme entender que valgo demasiado
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Mis relatos
Historia CortaAlgunos sólo son fantasías, otros recuerdos... Sólo para mayores.