Capítulo X

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Llevaba consigo una carga emocional que había llevado desde su infancia. Siempre había vivido a la sombra de su hermano mayor, Itachi, quien era considerado un prodigio y el orgullo de su padre, Fugaku Uchiha. A pesar de sus esfuerzos, Sasuke nunca había sentido el reconocimiento de su padre, quien siempre comparaba sus logros con los de Itachi y encontraba a su hijo menor siempre un paso atrás.

Pero entonces pasó algo poco común, a la mañana siguiente de que tuvieran la cena donde no le quedó de otra que presentar a Hinata con sus padres por la casualidad de encontrarse en el mismo restaurante, se sentó en la mesa donde su madre y padre yacían sentados esperándolo para desayunar. Ayer llegaron tarde por eso se fueron a dormir sin mencionar nada del tema pero ahora él sabía que su padre seguro tenía muchas cosas que decir y reprocharle.

—Sasuke...

Debió suponerlo, ayer no pensó en nada y hasta se relajó cuando vio a su madre muy contenta hablando con Hinata y preguntándole sobre su vida, sueños y aspiraciones. Y aunque su padre no habló mucho tampoco parecía querer huir de allí, solo que notó como observaba a Hinata con detenimiento, evaluando cada gesto y palabra. Pero seguro todo fue una fachada y ahora le diría lo que en verdad piensa.

Después de todo, su padre siempre le dijo que dejara de perder el tiempo con romances innecesarios y que se enfocara en sus estudios para ocupar un puesto en la empresa familiar. Él le hizo caso todo esos años, no dejando involucrarse en algo serio con mujeres y solo pasándola bien sin ninguna responsabilidad. Bueno, al menos lo hizo hasta que de verdad si interesó en Hinata.

Cualquier cosa que diga o le prohíba no hará caso, pues tardó mucho para estar con la Hyuga y no la pensaba dejar por el momento, además de que en ella encontraba lo que en su familia no tanto encontraba: amor, admiración y comprensión.

—¿Sí, padre?

—Quiero hablar sobre tu relación con la chica de ayer...

—¿Te refieres a mi novia? —recalcó haciéndolo asentir serio. No podía dejarse intimidar— ¿Qué pasa con eso?

—Vamos, cariño. No seas tan duro con tu padre, lo que te dirá no es malo —dijo Mikoto tratando de suavizar el ambiente tenso entre las dos miradas carbón.

Sasuke levantó una ceja con curiosidad, ¿qué podría decirle su padre sin que fuera malo?

Fukagu suspiró, le era muy difícil expresarse de esa forma— Sé que siempre te dije que no te involucraras con alguna mujer, pero me alegra que supieras elegir a la adecuada. La chiquilla Hyuga es perfecta para ti, es atractiva, de buena familia, tiene modales impecables, es cortes, amable y aunque algo tímida para mi gusto, es admirable —se tomó un tiempo para continuar—. Espero que Itachi consiga a alguien así. Estoy orgulloso de ti, Sasuke... No lo arruines —le palmeó el hombro y salió del comedor para perderse por los pasillos.

Si ya de por sí estaba en un trance por escucharlo, ahora con esas cuatro palabras parecía que su cuerpo no respondía. Parecía ser un sueño, por fin escuchaba cumplidos de su padre, que él mi siquiera pensó recibirlos pues esta vez no hizo nada de lo que él quería.

Volteó a ver a su madre para saber si era alguna broma.

—Todo realmente pasó, cariño. Hinata-chan, es una gran persona, mira que en tan solo unas horas hizo que a tu padre le agradara —sonrió dándole un abrazo—. También yo estoy orgullosa cariño, me alegro por ti. Realmente me cayó bien esa niña, necesitamos invitarla a alguna cena aquí en la casa cuando llegue tu hermano...

SOBRE RUEDAS (GAAHINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora