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Cuando Jimin entró al baño después de la pequeña conversación que tuvo con Jungkook, suspiró derrotado e intento con mucho esfuerzo no soltar esas lágrimas que estaba conteniendo.
Se miro al espejo, analizando su rostro y sin fijarse realmente en que momento sucedió, derramó esas gotas que tanto tiempo guardó.

Su pecho ya no dolía como días después de la ruptura, pero verlo tan... Distinto. Fumando, bebiendo, siendo distante, le dolió.
Le dolía no poder ayudarlo, no poder decirle que él estaba ahí, que no estaba solo, que podía contar con él.
Inhaló y exhaló intentando relajarse, calmó sus temblorosas manos y sus lágrimas se detuvieron; entonces mojó su rostro limpiando sus mejillas y lo secó con una toalla que estaba colgada en la puerta del baño.
Volvió a mirar su rostro y a pesar de sus ojos cristalizados salió con la misma actitud tranquila como si nada hubiera pasado.

Cuando miraba a Jungkook, su corazón latía fuertemente y las ganas de lanzarse a abrazarlo le llenaban la mente, pero saber que no podía lo destrozaba y le hacía sentir tanto dolor que hasta lograba pensar que sus secciones con su psicóloga no estaban ayudando.

Hace unos meses, cuando realmente no vio avances con sus sentimientos, decidió decirle a su padre que quería volver a sus terapias con la señora Lee, esa mujer de aproximadamente 40 años, le había ayudado con su disgusto por el mismo y había sido un apoyo tan grande que el cariño no había tardado en aparecer.
La conoció por su padre, ya que este noto que estaba pasando lo mal desde que unos chicos le molestaban diciéndole cualquier estupidez sobre su cuerpo pequeño y "gordo", el señor Park sin poder lograr que su hijo le contará gran cosa, le aconsejo ir a una dirección que terminaría siendo el consultorio de la señora Lee, una gran amiga del pasado.
Cuando esté le contó que su padre lo había enviado, ella lo invito con tanto cariño a pasar a su consultorio que a la hora de preguntarle porqué pensaba que su padre lo había enviado, con un nudo en la garganta comenzó a contarle el abuso que sufría en su escuela antes de mudarse a Seúl, eso le creo tales inseguridades y en su nuevo colegio le pasaba casi lo mismo que lloró sin parar frente a esa joven adulta desconocida.

Tiempo después cuando lo ayudó, comenzando a sentirse mucho mejor con su ser, dejo de ser tan frecuente en las consultas, después conoció a Jungkook y olvidó por completo visitar a su querida psicóloga.
Claro, después de la ruptura con el castaño, su mundo volvió a derrumbarse y recordó a su fiel amiga, se sintió mal por no ser constante y le dijo a su padre que deseaba volver, el señor Park no pregunto el porqué, solo le sonrió y le dijo "claro" tan tranquilamente que sorprendió al chico.

Y así comenzó, después de un agradable reencuentro, la señora ya un poco mayor de como la recordaba, le pregunto por su visita después de tanto tiempo.
Y está vez, Jimin intento abrir su boca para contarle, pero en un instante se le quebró la voz y lloró como si no lo hubiera hecho en su vida.
Cuando logro "calmarse" se desahogo sin temor al rechazo ante la imperceptible sorpresa de la señora Lee.
Se dió cuenta de el apego tan grande que había tenido con Jeon y de muchas cosas las cuales se encargó de explicarle la psicóloga.

Comenzaba a sentirse mejor, los meses sin ver al chico, debido al viaje que tuvieron sus padres lo estaban ayudando, sin embargo la simple mirada del más alto cuando le entregó el pastel, fue una bala sin previo aviso que le dió en todo el corazón.

No, no estaba listo.

Entonces decidió no acercarse a Kook a menos que fuera totalmente necesario, no hablaría con el si no era para algo relevante, necesitaba pasar página e intentando ser cercano a él, no lo conseguiría.

Cuando volvió, la cena estaba lista, sin embargo en el transcurso de esta no pudo evitar mirar al castaño y encontrarse con que este lo miraba devuelta.
Intentó que sus mejillas no demostrarán su vergüenza y que sus ojos no mostrarán su tristeza.

A la hora de cantar cumpleaños, acompañó a los demás con una pequeña sonrisa y cantando en un tono bajo, sus ojos no se despegaban del cumpleañero, quien parecía perdido en sus pensamientos mirando la vela del pastel.
Que tierno.

No, Jimin, deja de pensar eso.

Se regaño a sí mismo.

Cuando la madre de Jungkook lo mandó junto al mencionado y su padre a la sala, sus nervios se activaron. ¿Por qué? No lo sabe, pero quería escapar de esa situación, así que se ofreció a ayudar y con tres personas ayudando probablemente no hubieran tardado tanto en volver a la sala si hubieran encontrado las copas para la bebida, pero claro, Jungkook tan perfecto como siempre, tenía todo tan ordenado que solo usaba un vaso y los demás los tenía como escondidos.
Cuando por fin encontraron las copas en una caja como si nunca las hubiera usado, sirvieron un poco de vino tinto para los mayores y para Sunhee un jugo de mora que ya tenía preparado su madre.

Al entrar a la sala, Jimin le entregó su pedazo de pastel y la copa de vino a su padre,
Sunhee le entregó a Jungkook el postre y la bebida, mientras volvían a buscar sus propios pedazos de pastel y copas.

Conversaron un poco entre todos hasta que la noche se hizo presente, por lo que luego de que Jungkook insistiera en lavar los platos y su madre se negara rotundamente, los cuatro invitados tuvieron que marcharse.

- Promete que irás más a visitarnos, ¿Si? - dijo su madre con un tono que parecía estar rogando, por lo que el chico que cumplía sus 20 años no pudo evitar asentir. - Bien, te amo cariño, sabes que puedes llamarme cualquier cosa ¿Verdad? -

- Si, mamá, lo sé. Yo también te amo - y se despidió con un abrazo.

- Adiós, Hyung - dijo la menor de los presentes - Vendré a visitarte más seguido - aseguro abrazándolo.

- Espero cumplas tu palabra, linda -

Y después de un apretón de manos con el señor Park, quien con la mirada se despidió; le sonrió a Jimin y este le devolvió el gesto con una leve inclinación de cabeza en forma de despedida.

En el camino de regreso, Jimin miró por la ventana y no comentó nada. Al llegar a su casa, después de despedirse vagamente con la excusa de que tenía sueño, se encerró en su habitación y suspiró derrotado, se tiró en su cama y cerró sus ojos con fuerza mientras se enrollaba en sus sábanas.

Y con una pequeña e imperceptible lágrima, se quedó dormido y su acelerado corazón por fin pudo latir con tranquilidad.



Aún te amo [kookmin]²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora