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El día de la graduación había llegado.
Jimin se encontraba tan nervioso, que unos momentos antes de la entrega de diplomas, se encontraba con las manos temblorosas y moviéndose de un lado a otro totalmente ansioso.

— Hey, tranquilo, hijo — dijo su padre tomándolo de los hombros y mirándolo a los ojos — Solo tienes que sonreír, aceptar ese papel y bajar, nada más ¿Si? —

— Pero... Tengo que hacerlo delate de muchas personas, siento que me voy a desmayar — contesto con sus ojos demostrando lo asustado que estaba, en serio no le gustaba estar frente a mucha gente.

— Tranquilo, Chimmy, nadie te juzgará, si te sientes nervioso intenta no mirar a las personas y solo recibes y bajas lo más rápido y discreto que puedas — le recomendó Tae. El al igual que Park, estaba nervioso, pero no tanto como para que le dé un ataque ansioso como a su amigo.

— Está bien... — Jimin cerró los ojos un momento y respiró intentado calmarse, sin embargo una voz interrumpió sus intenciones.

— Hola, perdón por la tardanza, el tiempo se me fué volando — la voz grabé pero cálida de Jungkook se escuchó a sus espaldas, haciéndolo girar con una pequeña sonrisa inconsciente.

— Hola — dijo mirándolo a los ojos. De repente, su corazón comenzó a latir distinto, ya no eran los nervios de estar frente a los ojos de mucha gente, era el sentimiento de ver a Jeon frente a el, vestido con una camisa blanca, una corbata negra junto con un pantalón del mismo color, las mangas arremangadas y el cabello hacia atrás dejando ver sus lindos ojos que parecían llevar infinitas galaxias en ellos.

— Hola — le sonrió devuelta — ¿Ya entregaron los diplomas? ¿Llegué demasiado tarde? —

— No... Yo... — el ahora pelirrosa, recibió un codazo discreto por parte de su amigo, pues se había quedado totalmente perdido viendo a Kook. Jimin aclaró sus garganta y bajo la mirada avergonzado — Aún no hemos pasado, llegaste temprano, de hecho — culminó.

— Oh, de acuerdo — asintió más tranquilo.

— Bueno chicos, nosotros iremos a apartar buenos puestos. Jungkook, te esperamos allá — dijo el señor Park tomando a su esposa y hijastra de las manos.

A Jungkook le pareció realmente raro, pues el padre de Jimin lo miró de una forma tan peculiar que lo asustó por un momento, sin embargo no le prestó mucha a tensión.

— Por cierto, te ves muy bien hoy — interrumpió sus pensamientos el menor.

— Gracias. De todos modos, la ocasión lo amerita — contestó mirándolo directamente a los ojos — Tu también te ves bien —

— ¿Con esta bata y gorro? No lo creo, me queda un poco grande — rió apenado.

— Incluso con eso te ves hermoso — comentó Jungkook, creyendo que lo había pensado. Aun que al ver el rostro sonrojado de Jimin, se dió cuenta de que lo había dicho — Perdón, no quise incomodar —

— No... No te preocupes... Gracias — sonrió pequeño mirando hacia otro lugar.

— Eeh... Bueno, creo que Jungkook debería de ir yendo a su puesto, están por llamarnos para nosotros ir a los nuestros — comentó Tae haciéndose notar, pues esos dos estaban tan metidos en su mundo que no se fijaron en que el seguía ahí.

— Si... Claro... Espero les vaya bien y... Jimin, no estés nervioso ¿Si? Lo harás increíble — el castaño le guiño el ojo y comenzó a caminar — Tu también lo harás bien, Tae. Suerte a los dos — terminó de decir, alejándose de una vez por todas.

Así dejando a un sonrojado chico con un acelerado corazón y la mirada fija en él.

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Aún te amo [kookmin]²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora