Las respiraciones agitadas y suspiros de satisfacción era lo único que podía escucharse por la cocina.Jimin se encontraba sentado en la isla de mármol con el más alto entre sus piernas, besando su cuello mientras él acariciaba sus cabellos castaños.
Jeon abrazaba la cintura definida del contrario y disfrutaba de los jadeos que soltaba cada vez que mordía con delicadeza su cuello.
Intentando avanzar un poco más, subió la camiseta del menor para acariciar la piel directamente, se separó y miro los ojos brillantes del contrario.- ¿Estás totalmente seguro de esto? - preguntó en un susurro contra sus labios.
- Lo estoy... ¿Tu lo estás? - cuestionó de vuelta.
- Es lo que más deseo -
- Entonces continúa, cariño -
Y Jeon no pudo resistirse, porque ese tono de voz, el apodo que le acaba de decir, el tenerlo entre sus brazos y verlo tan dispuesto. Claro que no se pudo aguantar las ganas que había ocultado los últimos meses, casi dos años.
Mierda, en serio se sentía tan desesperado, tan necesitado.
Jimin tomó la iniciativa, intentando quitarle la camiseta y logrando su cometido. Comenzando a acariciar los pectorales y abdomen del más alto, bajando cada vez más hasta llegar al bulto en el pantalón.
- ¿Con solo esto ya estás así? - comentó coqueto apretando el miembro de Jungkook.
- Ah... Cariño, tenerte así y controlarme no es factible para mí - apretó su cintura para luego deslizar suavemente sus manos por la figura del pelirrosa, llegando a apretar su tracero sacándole un jadeo. - ¿Que pasará después de esto...? - cuestionó está vez abrazando su cintura.
- No pienses en eso ahora... ¿Si? - susurró - Solo hay que disfrutar del momento - miró sus labios lamiendo los propios y soltando el cordón que amarraba los pantalones del más alto.
- Bien... - murmuró devuelta está vez siendo el quien quitó la franela de Park y bajando a besar nuevamente su cuello.
Porque era uno de los lugares que hacía al más bajo jadear y cerrar sus ojos del gusto, lo cual lo convertía en su zona favorita al poder escucharlo.
Bajó sus manos acariciando tiernamente hasta llegar por debajo del boxer y disfrutar ese toque que tantas veces volvió a soñar en tocar, escuchando el jadeo del contrario.
- J-Jungkook... Vamos a la habitación - susurró en su oído para seguidamente morder le la parte inferior de su ojera sintiendo el escalofrío que recorrió al castaño, quien solo asintió y tomó entre sus brazos a Jimin para levantarlo y caminar en dirección a su cuarto.
• • •
Después de besos y caricias, ambos terminaron totalmente desnudos sobre las sábanas grises de la habitación.
Mientras se besaban disfrutando cada toque con los ojos cerrados, el más alto, quien se encontraba sobre el pelirrosa, se separó respirando irregular al igual que Jimin.
- Hay... Hay un problema... -
- ¿Que pasa? -
- Yo... No tengo lubricante... Ni condones - mencionó con una leve mueca.
- Oh... - el menor pensó en algo mordiendo su labio pero no estaba seguro de decirlo.
- Sin embargo... - continuo el más alto - Tengo una idea -
- ¿Si? - cuestionó recibiendo un asentimiento como respuesta.
- Voltea te - le murmuró coqueto viendo al menor acatar sus órdenes - Así me gustas... -
- ¿Con el culo en tu dirección? - le dijo sonriendo.
- Tan... Sumiso... -
- Así que te gusta eso... - dijo ahora muy coqueto moviendo sus caderas, recibiendo una leve nalgada.
- ¿Cómo crees que me gusta? ¿Eh? -
- Creo... ¡Ah~! - no pudo terminar ni la mitad de la frase cuando sintió como Jeon separaba sus nalgas para luego sentir algo húmedo entre estás - ¡Oh, mierda, Jungkook! - gimió sorprendido recibiendo otra nalgada.
Luego de unos minutos de puros gemidos de satisfacción el mayor se separó y volteo nuevamente al contrario, viendo sus ojos llorosos del placer.
- ¿Cómo crees que me gusta? - volvió a preguntar alineando su miembro y entrando lentamente.
- ¡Ah! - soltó ante la introducción.
- Dime, Jimin -
- ¿T-te gusta eso... Ah? - suspiro sosteniendo las sábanas entre sus manos - ¿Que te hable de sexo mientras me partes en dos? - dijo divertido y coqueto.
- Solo dime lo que te pregunté - habló con voz ronca dando la primera embestida, escuchando el jadeo del menor.
- Yo... Ah... Creo que t-te gusta... Eso de dominar... Que te hagan ¡Ah! - soltó ante el miembro de Jeon tocando su punto débil - Así... ¡Dios! - sintió otra embestida mucho más fuerte - Que... Te hagan c-caso... Y ¡Oh Jungkook! -
- ¿Y...? -
- Y todo eso... Dominar - culminó.
- Quizás tienes razón... - contestó el mayor aumentando sus embestidas - ¿Quieres descubrirlo en un futuro? -
- ¿Por qué no ahora? -
- Porque ahora te haré el amor y te demostraré cuánto de he extrañado, cariño -
Jimin tenía los ojos cerrados hasta que escuchó esas palabras. Cuando conectaron miradas no hubo más que deseo con el cariño predominando.
Y se sonrieron mutuamente al saber que se habían vuelto a encontrar.
Al saber que sus almas necesitaban de la compañía del otro, que sus cuerpos amaban unirse entre ellos, que sus miradas necesitaban encontrarse y saber que el cariño seguía latente.
Sonrieron porque al fin volvieron a sentir esa sensación indescriptible que tanto tiempo creyeron muerta.Entre embestidas fuertes y precisas, gemidos agudos y roncos, jadeos placenteros, caricias indescriptibles y sin desconectar sus miradas brillosas, terminaron casi al mismo tiempo, experimentando el orgasmo que tanto desearon volver a sentir.
Porque hacer el amor no era signo de sexo lento y cariñoso. Hicieron el amor porque expresaron todas esas sensaciones de cariño correspondido a través de sus besos, de sus miradas, de sus cuerpos en unión volviéndose uno solo, sentimental y físicamente.
Entonces Jungkook cayó al lado del menor, ambos con las respiraciones agitadas y unas leves sonrisas cansadas en sus rostros brillosos por el sudor.
- Eso fue... -
- Increible -
Y
se miraron sonriendo, sabiendo perfectamente que era el mejor reencuentro.
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'''''''''Cap cortito pero significativo.
Gracias x leer, espero les haya gustado ^^(Créditos correspondientes a quien hizo el lindo fanart)
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Aún te amo [kookmin]²
Fanfic¿Cuánto tiempo se supone que debería pasar para olvidar una relación? Para todos es diferente, claro está. Park Jimin comprendió que cinco meses no era suficiente, tampoco un año, ni meses después de ese año. ¿Por qué era tan difícil olvidar algo...