[ CAPÍTULO 8 ]

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Andrea se marchó, ya había molestado bastante a su parecer y necesitaba con urgencia llegar a su casa, meterse bajo sus sábanas y olvidarse de todo. Enzo se quedó destrozado ante lo que la morena le había contado, no quería salir de su habitación, pero esa noche su padre se había animado a ir a Clock Street junto a él. 

A pesar de haber ido en innumerables ocasiones, Emilio siempre se ponía nervioso antes de acudir. Sabía la excitación con la que la gente lo recibía y le agradaba que la gente siguiese manteniéndole el cariño a pesar de los años. Joaquín lo observaba desde el marco de la puerta. Emilio estaba tan inmerso en sí que no se había percatado de la presencia de su marido. Joaquín sonrió, le encantaba verlo cambiarse para ir a su lugar favorito. La manera en la que "desfundaba" su ropa de las carreras cómo si un superhéroe sacase su disfraz del armario dispuesto a salvar al mundo. 

- ¿Tengo que preocuparme? - hablo Joaquín haciendo sonreír al rizado 

- Si vinieras conmigo nada te preocuparía - respondió Emilio

El rizado sabía que a Joaquín no le hacía especial ilusión asistir a Clock, aunque haya sido parte de su vida, sentía que si volvía de nuevo iba a dar pasos atrás, pero sabía que tampoco podía evitarlo, ya que toda su familia vivía y trabajaba de ello. 

Emilio observó la inquietud en la mirada de Joaquín y se acercó a él abrazándolo. 

- No te estoy obligando a nada, sabes que es broma 

- Ya, pero te encantaría que estuviese de nuevo allí 

- Estaría loco si no me gustase verte allí, es nuestro lugar, dónde nos conocimos, dónde crecimos, es nuestro hogar - se sinceró el rizado

- Es tu lugar, dónde tú creciste, es tu hogar - corrigió el ojimiel - Yo sólo estuve allí de paso

- Una persona cómo tú nunca está de paso en ninguna parte - dijo acariciándole la mejilla suavemente - No voy a obligarte a nada, tú haces lo que quieres

Emilio terminó de cambiarse sintiendo la pesada mirada de su marido encima, pero éste no lo observaba. Joaquín se había sumergido en sus recuerdos de las incontables noches en Clock. De todo lo bueno, pero también de lo malo. Ahora era el sitio de su hijo, le daba miedo entrometerse y terminar acaparando toda la atención. Desde que Enzo empezó a asistir a Clock Street, el castaño nunca había acudido. Emilio pasó por su lado, besándolo suavemente en la mejilla, sacándolo de sus pensamientos.

Padre e hijo estaban preparados, iban a salir de la casa cuándo escucharon los apresurados pasos por las escaleras. 

- Esperadme - hablo Joaquín  

Ambos rizados lo observaron. Cuándo terminó de bajar las escaleras, el ojimiel se encontraba sonriente, vestido casualmente con sus vaqueros y su camiseta básica blanca cubierta por una cazadora vaquera. Los ojos de Emilio se iluminaron, su chico de Clock volvía a estar delante de él, nervioso y emocionado. Siempre venía a su memoria la primera noche que lo vió enrollándose con otro tipo. Se acercó hasta él, rodeándole la cintura, atrayéndole hacía él suavemente. 

- ¿Estás seguro? - susurró el rizado 

- Más que nunca 

Enzo sonrió, era la primera vez que su padre asistía con ellos y estaba muy contento a la par que nervioso. Aquella noche iba a ser increíble, aparecer con sus dos padres definitivamente iba a ser lo mejor que le había pasado en sus 18 años. 


 

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Despite Everything // Adaptación Emiliaco // Enzo OsorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora