IX

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- ¿Puedo? - me pregunta mi asistente viéndome desde la puerta.

- Siempre puedes, Milk, ¿Pasa algo?

Su cara muestra un semblante de preocupación, ella se apresura a jalar la silla y tomar asiento, dando una mirada rápida a la puerta antes de proceder a hablar en susurros.

- Hay algo extraño en Love. - señala de pronto.

- ¿En Love? - sonrió con gracia. - ¿Por qué estás hablándome así?

- Para que no nos escuche, imbécil. No digas su nombre.

- ¡Tú lo dijiste primero!

- Pero no lo grité. - me regaña, igualmente, en un susurro.

- Bueno, entiendo, dime, ¿Qué es eso tan extraño en Love que te ha hecho arrastrarte a mi oficina y hablar en voz baja? - le respondo de la misma forma.

- Verás, seguí tu estúpido consejo-

- Eso es genial, ¿Qué tal-

- Escúchame. - me detiene. - te digo que hablé con ella; primero todo fue normal, demasiado normal, así que supuse que sólo quería charlar un poco durante el trabajo, ya sabes, aún es joven y eso.

- Hablas como si tú ya no lo fueras. - le molesto, riendo inevitablemente.

¿Cuándo es que dejamos de ser jóvenes?

Ni siquiera tenemos treinta.

- Sí, Win, cállate, por un demonio.

- Bien, lo siento.

- Te decía, todo era sumamente normal, pero ayer estábamos almorzando y empezó a preguntar cosas muy extrañas sobre ti.

- ¿Sobre mí? - fruncí el ceño y me acerqué más a ella.

- Sí, empezó a hacerme preguntas de tu boda, tu matrimonio y ese tipo de cosas que no deben importarle a ella.

Mi risa explotó y Milk pareció enojarse conmigo, pues me golpeó con su mano en el hombro y yo me eché a reír con más ganas.

- ¿Sólo era eso lo que ibas a decirme, Milk?

- Win, ¿No te parece extraño? ¿Por qué ella querría saber del matrimonio de su jefe? Me preguntó si yo había ido, si te veías feliz en tu matrimonio, cómo era Nani y otras estupideces más para nada relevantes.

- Sin embargo aquí estás, diciéndome todo esto a mí. - le digo, mostrado cuan "relevantes" parecían ser para ella.

- ¡Win!

- Milk, no pasa nada. Es una niña, sólo quería cotillear un poco en la vida privada de su jefe. Además, si estuviera tratando de coquetearme, ya hubiera hecho algo; hemos estado juntos a solas algunas veces y no ha hecho nada por tratar de insinuarse.

- ¿Y si lo que quiere es robarse a tu marido?

- Mejor aún. - le digo entre risas. - si lo logra, será realmente un hallazgo. Tantas personas trataron de llevarse a Nani antes, no te preocupes por eso.

- Vamos, Win, sé que no lo quieres así, pero, ¿No te preocupa en lo más mínimo?

- No. - le digo. - tenemos tantos problemas en la escuela, ¿Por qué le pones tanta atención a eso?

- No lo entiendes, hay algo raro en ella. - me insiste.

- No voy a correrla, Milk.

- ¡Por Dios, Win! ¿Crees que te digo esto para que la corras‽ No soy tan malvada - me reclama.

Disuelve Tu Matrimonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora