V: Bright

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- WOW, hermano, tu cámara es buena, ¿Qué modelo es? - me llama otro alumno con tono amistoso.

El chico de cabello oscuro y actitud agradable se sentó alado mío mientras me sonreía. Me tomó dos segundos entender que realmente estaba refiriéndose a mí, pero en cuanto lo hice, me enderecé sobre el banco y toqué el centro de mi audífono para que la música se detuviera por completo.

- ¿Esta? Es una Canon, modelo M50. - respondo sin más. El chico se veía más joven que yo, pero tampoco parecía un adolescente. Parecía un chico afable.- ¿Cuántos años tienes?

- veinticuatro, ¿Y tú?

- veintisiete.

- Que bien, ¿Habías hecho fotografía antes? - husmea con interés, arrastrando su banco aún más cerca del mío para escuchar mejor.

- No realmente, me gustaba, pero no había tenido la oportunidad de intentarlo; es mi primera vez. ¿Qué hay de ti?

- ¡También! - exclamó y dejó oír su risa. - estuve estudiando dibujo aquí mismo el año pasado, pero honestamente me llamó más la atención fotografía, así que me inscribí a este curso. - comenta ya en confianza.

- ¿Puedo ver tus fotos? - le pregunto aprovechando el ambiente ameno que habíamos creado. Él sonríe y me pasa su cámara después de asentir rápidamente a mi petición.

- Mi cámara no es tan buena como la tuya, pero creo que voy bastante bien. - dijo animado. - Esta la tomé en el momento exacto donde la abeja puso sus patitas sobre la flor. Es bella, ¿No?

Asentí al oírlo, pasando las fotos una a una con su voz explicando el contexto en el que habían sido tomadas como sonido de fondo.

- Son bastante buenas considerando que son nuestros primeros días. - le digo.

- Eso creí, ¿Puedo ver las tuyas?

- ¿Las mías? - tragué saliva porque Metawin estaba ahí.

¿Qué tan normal es tener fotos de tu director en tu cámara fotográfica?

- Claro, tú viste las mías, es justo que yo vea las tuyas también.

- Cierto...las mías son retratos. - explico. - probablemente te sorprendas cuando veas a mi modelo principal.

- ¿Es guapo?

- Demasiado.

- Debe ser algún familiar tuyo, ¿Verdad? Porque tú eres muy guapo.

- Es aún más guapo. - le digo. - prende la cámara y velo por ti mismo.

El chico me miró curioso y tomó mi cámara entre sus dedos, encendiendo mi cámara con emoción mientras yo sentía una corriente eléctrica atravesándome la espina dorsal.

Mi ansiedad se tornó al rojo vivo cuando vi la pantalla de mi cámara prenderse finalmente, observando como la primera foto que saltaba al ojo era una de las tantas que le había tomado a nuestro director en la azotea; en esta, se podía ver al hombre tenía ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón, su cuello estaba erguido y su mirada observaba hacia el paisaje, por lo que la línea de su mandíbula figuraba perfectamente marcada.

El hombre extendió sus labios en forma de "o" cuando sus ojos vieron la primera fotografía, pasando rápidamente otras dos fotos más antes de girarse para poder verme. Se veía increíblemente atónito.

- ¡No te lo puedo creer! - exclamó finalmente, emocionado.

- Te dije que no ibas a hacerlo.

- Pero- ¿Cómo conseguiste que te posara?

Disuelve Tu Matrimonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora