IV

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Seguí a mi alumno hasta la azotea de mi propia escuela; parecía que él mismo la conocía incluso mejor que yo. Y no sería de extrañarse, ya que podía decir que era la segunda o tercera vez que me había visto en la necesidad o placer de subir hasta aquí.

- ¿Seguro que quieres que tus fotos sean aquí? - le pregunto con seriedad. - a mí parecer el salón de clases era mucho más llamativo. - le digo.

- Tú ya eres lo suficientemente llamativo. No necesitas más que esto.

Su comentario alimento mi ego y me dejó satisfecho, pero seguía con la sensación de estar haciendo algo malo. Aunque lo único que estuviéramos haciendo fuera tener una conversación mientras nos preparábamos para tomar fotos.

- Ponte aquí. - me dirige Bright. Yo imito su acción y así es como terminó recargando los antebrazos sobre el pequeño muro que tenía por borde.

Mi perfil se gira hacia un costado para encontrarme de frente con la cámara y el chico que la maneja detrás.

Comienzo a hacer más poses en automático mientras vario un poco la posición de mis brazos y manos. Bright continúa tomando fotos en silencio mientras sus dedos dudan un poco sobre los botones que está tocando. Parecía que no estaba seguro de estar haciéndolo bien.

Realmente parecía un novato. Nada igual a comparación de la figura confiada que caminó por mi escuela sosteniendo una guitarra en su primer día de clases.

Se veía, ¿Tierno?

La mayoría de los alumnos de nuevo ingreso emanan esa aura de inocencia en cierto punto. Era una de mis sensaciones favoritas como personaje secundario que los ve crecer, aunque estos no siempre lo noten.

Siempre estoy orgulloso de ellos.

- ¿Puedo ver cómo van? - le pregunto, despegándome de la pared para sacudirme el traje, Bright asiente y me espera para que ambos veamos juntos las fotos.

Podía ver que el enfoque fallaba la mayoría de las veces, por lo que no pude evitar reírme un poco. Estaba siendo una basura en ese momento, ya que burlarme de mis alumnos iba en contra de toda regla moral, así que me disculpé.

Bright aparta su cámara de mí y yo trato de recuperarla, sintiéndome verdaderamente avergonzado por haberme burlado de su trabajo.

- No es tan malo. Los encuadres están perfectos. - le digo con el fin de animar el ambiente. Aunque de verdad eran muy buenos.

- No trates de hacerme creer eso después de haberte carcajeado en mi cara. - reprocha molesto. Lo cual, sí, una vez más; me hizo volver a reír.

- Hey, lo siento. Por estas cosas es que no doy ninguna clase, ¿Lo entiendes? - le digo yo ahora sin borrar mi sonrisa.

- Sí, es mejor que no lo hagas. - se queja en el mismo tono, pero se le escapa una sonrisa de media luna en el momento en el que baja la cabeza.

Después de un momento de amargura, Bright pareció reanimado y continuamos con las últimas fotos de su práctica.

Aún no había pensado en qué dirían todos cuando vieran posando para las fotos de un alumno, pero poco me importaba ya que podría hacer lo mismo con cualquier otra persona que me pidiera ayuda, pero estos parecían no tener confianza como para pedirme que hiciera algo como eso.

- Demasiadas caras de póker, ¿Qué tal una sonrisa ahora? - insiste el hombre mientras me sigue apuntando con su cámara.

- Ya te dije que sonreír en las fotos no es lo mío. - le repito por décima vez en la tarde.

- Vamos, inténtalo. Yo te he visto sonreír varias veces en los pasillos de esta escuela.

- Pero no tengo a nadie siguiéndome con una cámara para obligarme a posar. - le recalco. Bright suspira y deja su cámara sobre una superficie plana cerca del contenedor de agua, acercándose a paso lento hasta donde me encontraba yo. - ¿Ahora qué? ¿Terminaste?

Disuelve Tu Matrimonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora