Capitulo 9 "Familia"

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Cuando el ultimo mes de gestación presente, la Ensoñación estaba en su máximo esplendor

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Cuando el ultimo mes de gestación presente, la Ensoñación estaba en su máximo esplendor. Sus propios habitantes lo notaba, hasta los soñadores tenían menos pesadillas debido a la alegría de los gobernantes.
Edén estaba radiante. Todo aquel que la veía aseguraba ver una especie de luz, un aureola brillando detrás de ella pero Edén nunca tomaba en serio sus palabras. Su propio hermano la compara con la luz que poseyó la Virgen María durante su gestación causándole un sonrojo suave en ella.
A pesar de la clara alegría, Edén guardaba cierto temor a la hora de dar a luz. Había visto a Lilith traer a sus hijos al mundo entre sangre, sudor y lágrimas. Largos partos dolorosos de los cuales estuvo presente en muchos -Era raro pero realmente ella y Lucifer eran mucho mas mayores que Mazikeen- Incluso Lucifer estaba preocupado pues el cuerpo de su hermana daría luz como las mortales al parecer. El doctor se ocupo de calmar a ambos hermanos, incluso al propio Morfeo que amenazo al doctor en busca de una solución. Este indico que Edén recibiría los sedantes requeridos asegurando que Lilith tuvo partos dolorosos por elección como una especie de demostración de su fuerza años atrás. 

Con el paso de los días todo fue normal. La fecha aparentemente señalada estaba cerca. Morfeo pasaba las noches acariciando el redondo vientre para calmar las patadas de su pequeño, se aseguraba que su esposa no tuviera sueños angustiantes pues mas que nunca necesitaba descansar. 
Una noche tranquila, antes de cerrar los ojos escucho un susurro en su oído. Morfeo se levanto, estaba seguro de lo que había escuchado. Miró a su esposa, lentamente se acerco para besarla. Luego de eso desapareció en la oscuridad de la noche. Pasarían tres días hasta que Edén pudo notar la desaparición de su esposo en mitad de la noche.
Edén tardaría varias horas en sentir que Morfeo no estaba con ella. Se despertó algo confusa por el extraño hormigueo en su pecho notando una angustia que no era propia de ella. Este sentimiento era algo que la había seguido en sueños pero no lograba entenderlo. Contempló el lado de la cama de su esposo vacío. Palpo en este notando la frialdad, Morfeo había abandonado la cama hace tiempo.
Se levanto costosamente ante tal extraña situación colocándose una túnica de Morfeo para contrarrestar el frío nocturno de la Ensoñación, esto debido a que ahora mismo estaban pasando por el frío invierno. A diferencia del mundo mortal, las estaciones duraban mas tiempo en aquel paraje.
Camino con sus pantuflas cubriendo su camisón de algodón rojizo, por suerte la túnica le proporcionaba el calor suficiente para no temblar de frío. 
Antes de salir del cuarto notó que Morfeo no estaba en la Ensoñación. Trago saliva ante el pensamiento intrusivo de que quizás le había ocurrido algo pero aun así busco deshacerse de sus dudas. Salió de la alcoba preguntando a los sirvientes que hacía guardia, ninguno sabía el paradero de Morfeo. Llego a la biblioteca pensando que quizás Lucienne sabría algo. La eterna bibliotecaria encontró a su reina con un rostro de preocupación claro. Se acerco extrañada al verla despierta a tan altas horas de la noche.

-¿Se encuentra bien?.-Pregunto con rapidez preocupada de que estuviera en labor de parto.

-Si. Solo...-Suspiro suavizando su expresión facial y cuerpo.- Estoy buscando a Morfeo pero ha salido de la Ensoñación. ¿Sabes algo de eso? ¿Ha ocurrido algo? .-Pregunto mirando a Lucienne notando la confusión de esta.

-Desconozco de eso mi señora.-Aseguro Lucienne acomodando sus gafas.

Lucienne sugirió buscar a Matthew encontrando ambas el nido vacío y al igual que la cama, frío. La bibliotecaria se extraño.

-Esto es...raro.-Murmuró llamando la atención de Edén.- Estos días atrás...a veces encontraba el nido vacío a horas extrañas.

Esas palabras se incrustaron en el cerebro de Edén como un veneno corrosivo. Una alarma sonó en su cabeza pero mas allá de pensar en amoríos o traición le preocupaba que Morfeo estuviera en algún apuro. Conocía demasiado bien el orgullo de su esposo y aunque tenían buena comunicación a este a veces se le hacía demasiado difícil pedir ayuda a otros, incluso a ella.

-¿Desea que me quede con usted? .-Pregunto preocupada al notar la rigidez de su reina.

ROTA [NUEVA EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora