Del Madrid, pero tuya.

Capítulo 2

- ¿Y porque no te tomas un paracetamol o algo para sentirte mejor?

- Clara, te aseguro que un paracetamol, no me va a hacer nada.

- Vale, entonces ¿Qué hacemos?

- Vete tú al concierto, de verdad que no me importa.

- Lucía no me voy a ir sin ti.

- Por favor Clara, hazlo por mi.

- No.

- Clara, por favor.

- Me voy porque me lo pides, te mando fotos cada 5 minutos eeee.

- Si, venga vete que no llegas, te quiero.

- Y yo a ti.

Me fui caminando, no estaba muy lejos, así que no había problema. Ese día opte por ponerme un vestido azul un poco apretado, no mucho porque yo no estaba precisamente delgada así que sabía que no era una opción, unas plataformas blancas y el pelo suelto, tenía un poco de ondas, así que iba un poco despeinado.

El concierto iba perfectamente, le mandaba videos a Lu de sus canciones favoritas, para que ella lo pudiese disfrutar tanto como yo. Todo el mundo tenía alguna bebida alcohólica menos yo, a ver, es verdad que tenía 17 años y no debería ni siquiera estar ahí, pero los contactos de Mario llegaban a unos límites inalcanzables.

Yo estaba disfrutando del concierto, cuando un chico me empujo y hizo que cayera un poco de mi coca-cola encima de mi haciendo que el vestido se me transparentara un poco, decidí no decirle nada, ya que sabía que el llevaba ya unas cuantas cervezas encima. Pasaron unos quince minutos cuando me empecé a encontrar mal, no lo tuve en cuenta hasta que todo empezó a girar a mi alrededor y todo me daba gracia.

Me dirigí a la salida tambaleándome sobre mis propios pies, no me impidieron la salida, me senté en la acera para ver si algún taxi me veía y me llevaba, pero ninguno pasaba, al pasar veinte minutos un mini cooper verde se acercaba lentamente a mi.

- ¡Pedri!, jajaja, holaaaa, pedriiii, jaja- (Ya he comentado que todo me daba gracia), me levante y casi me caigo, pero me pude sostener.

- ¿Necesita ayuda?- dijo el algo preocupado y bajándose del coche para cercarse a mi.

- ¿No me reconoces?, ayyyy que dolor, soy Clara jaja, la del abrigo- no pude evitarlo y me empecé a reír a carcajadas.

- Claro que me acuerdo de ti, pero no me sabía tu nombre, ahora, ¿Que haces aquí sola a las doce y media de la noche?

- ¡Quevedo!, jaja, estaba en su concierto y un chico se ha chocado conmigo y me he empezado a marear y a reír por todo así que me he ido ¡Oye!, que mis ojos están aqui arriba.- me estaba mirando el vestido manchado de coca-cola.

- Ven aquí- me cogió de los hombros- súbete y dime donde vives.

- No, no que luego Lucía se muere de la preocupación, mejor llévame a un hotel y así no me ve así, le diré que dormí en mi casa.

- No te voy a dejar sola en un hotel, estando drogada, porque es lo que pasa, te han echado algo en la bebida, por eso estás así, te vienes a mi casa.

- ¡¿Me voy a la casa del medio crush de España?!

- Clara, cálmate y duerme, y no, no es mi casa es la de mi representante, Sofía, te quedarás con ella.

Me despertó un movimiento, era el intentando cogerme en brazos.

- Suéltame, no me gusta que me cojan en brazos, puedo ir sola no necesito ayuda de nadie.

- No seas necia no puedes mantenerte ni en pie, déjame ayudarte.

- ¡Que no!, joder déjame, ¿Vale?, es que no lo entiendes, no me gusta que me cojan en brazos por mi peso. Nunca me ha gustado.

- Vale, vale pero que sepas que no pesas tanto y si el problema es tu autoestima, a ver no te conozco pero...

-Para, no quiero tener esta conversación con un famosillo al que acabo se conocer, gracias por ayudarme, ahora vete, ya entraré yo a mi tiempo.

El cogió el móvil y llamó a alguien, una chica joven bajo me agarró de la cintura por la fuerza y me ayudo a subir por las escaleras, el se fue.