Capítulo 3

4K 115 14
                                    




Por la mañana me fui, no recordaba nada, no se que me habían puesto en la bebida, pero el que me lo pusiera sabía perfectamente que yo no recordaría nada, solo recordaba un mini cooper verde, y un chico, pero no conseguía recordar la cara de él.

Le expliqué todo a Lucía, y estuvimos el resto del mes disfrutando como dos adolescentes, hasta que un día mi madre me llamo.

- Clara, tenemos que hablar.

- Dime mamá.

- Te vas a tener que venir a vivir conmigo a Barcelona, he vendido la casa.

- No, mamá no pienso mudarme, aquí lo tengo todo, mis amigos, la casa, a Lucía.

- Clara no es una opción, te vendrás aquí en dos meses.- Me colgó.

No pude evitar echarme a llorar, Lu me preguntó asustada que me había dicho mi madre, yo se lo expliqué todo, y para mi sorpresa ella en vez de preocuparse me sonrió y me animó, porque Lu es de esas personas que no pueden evitar ver el lado positivo de las cosas siempre.

- No pasa nada, Clara disfrutemos cada momento hasta que te vayas, y cuando lo hagas hablaremos todos los días y, oye ¿Quién sabe? a lo mejor te reencuentras a Pedri, y podré decir, que mi mejor amiga es la novia del mismísimo Pedri.

Iba a contestarle, cuando un tumulto de chicas corrían hacia un mini cooper verde (que harta estaba de ese maldito coche)que estaba parado debido al semáforo en rojo, era igual al coche de la noche del concierto.

- Clara, corre, ¡Es Pedri!- No me dio tiempo a reaccionar cuando ella ya estaba tirándome del brazo, obligándome a correr hacia él, yo aún tenía los ojos rojos y llorosos.

- Lu, espera, creo que ese es el coche, es igualito.

- Clara, como el que te haya ayudado esa noche, sea Pedri, te prometo que me pongo a llorar, ¿En que momento a mi amiga la ha salvado un futbolista?

- Lucía no me ha salvado, ni siquiera estoy segura de que él me haya ayudado.

Nos acercamos, no pudimos ver muy bien con toda la gente que había, pero Lu pudo hacerse un hueco hasta la ventanilla del coche, tuve que fingir que no lo conocía para ver si me reconocía, en caso de  que lo hiciera, me aseguraría de que el me hubiera ayudado.

- Pedri, por favor una foto- le pase el móvil para que el la tomara desde el interior de el coche, justo cuando la iba a tomar el semáforo se puso en verde, y los coches de atrás empezaron a pitar.

No me devolvió mi móvil, así que corrí al lado de el coche desde la acera, para evitar que ningún coche me atropellara, a Lucía no la encontré con la mirada, así que corrí sola. El coche se detuvo en seco en un callejón después de seis minutos de carrera.

- ¡¿A ti que te pasa?!, ¿Me robas el móvil y encima me haces correr seis minutos?, ¡Tengo asma!, dame mi móvil o llamaré a la policía y no me importa que tan famoso seas.- Pedri se bajo del coche con el móvil en la mano.

- Perdóneme, de verdad, es que los coches de atrás no dejaban de pitar y... ¿Clara?

- Si, soy yo, ¿Me das mi móvil ya?

- ¿No te acuerdas de mi?, pues si que dieron una buena dosis de droga, porque fui yo quien te salvo.

- ¿Salvar?, yo no lo llamaría así.

- ¿No?, pues yo si, ¿Qué crees que te habría pasado si te hubiera dejado sola ahí?- No podía negarlo el acento canario le quedaba muy bien.

- No lo se, gracias supongo, ahora ¿Me das mi móvil?

- Toma- me extendió la mano dándomelo, al cogerlo, nuestras manos rozaron un escalofrío me recorrió, subí la mirada y me encontré con la suya, desde ese punto de vista se le notaba la poca barba que tenía, el era más alto que yo así que pude notar su mandíbula marcada.

- ¿Nerviosa?- dijo con una sonrisa pícara (Y perfecta).

- ¿Yo?, no, lo siento mucho pero prefiero a un jugador del Madrid no del barca.

- Súbete al coche y súbete en el asiento de atrás.- dijo con un tono muy serio.

- ¿Qué?, no lo voy...

- Hazlo.- lo dijo en un tono que hizo que me subiera al coche sin rechistar, algo iba mal. 

El subió unos segundos después yo estaba en el asiento de atrás.

- Siento haberte asustado, eran paparazis, y si nos veían juntos iba a pensar, bueno ya sabes, que tu y yo somos algo más que conocidos.

- No llegamos ni a eso.

- Necesito que llames a la chica eso que está siempre contigo, y le digas que no las a ver en unos cinco días.

- ¿Por?

- Porque aunque sea muy precipitado te vienes a mi casa, esos paparazis, me van a seguir hasta mi casa, y si ven que llevo una chica, la lían, así que te quedas en mi casa.

- Mira creo que esta vez el drogado eres tu, porque llevo viendo videos tuyos en tiktok muchas veces, y en ninguna de ellas han obligado a una chica a que se vaya a tu casa, además ¡Te acabo de conocer!

- Mira, si nos ven, yo no sería el único perjudicado, te seguirían, no podrías salir a la calle hasta que no respondas a todas las preguntas que te hagan, así que hazlo.

No tuve otra opción que hacerle caso, en el fondo no me desagradaba mucho, a ver no todos los días te invita un futbolista a su casa, ¿No?, oye a lo mejor terminaba siendo la nueva Antonella.

Llamé a Lu, y le conté lo que me había dicho Pedri, con la esperanza de que estuviera de mi lado.

- ¡Clara dile que si!, dios que daría yo para pasar cinco días en casa con ese dios griego, aprovecha, enamóralo, y mándame fotos eee.

Tras eso nos despedimos y le colgué, me quise poner delante pero el me lo prohibió (se estaba acostumbrando a hacerlo), me dijo que los vidrios de atrás eran negros aposta,  así que no me verían.

Del Madrid, pero tuya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora