Olvidar el Pasado

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        Capítulo 19

¡Que lindo que es Gabriel por favor! ¿Por qué la vida lo había castigo tanto? Pobrecito no puedo
entender que haya que tenido que soportar tanto dolor, ahora entiendo la tristeza que vi en su
mirada la primera vez que lo vi.
Todavía puedo sentir la presión de su boca contra la mía, sentir su beso tan dulce al comienzo
y tan dominante después era algo para lo que no estaba preparada, pero como me gustó por
dios.
No sé que voy a hacer con esto que me está pasando, es demasiado fuerte y no sé cómo
manejarlo. Sí lo pienso mejor casi ni lo conozco ¿cuánto tiempo paso desde la primera vez que
lo vi? ¿Un mes? Y, sin embargo, siento que lo conozco de toda la vida.
Creo que lo mejor sería llamar a Emma, necesito contarle todo esto que estoy sintiendo, ella
siempre tiene todo tan claro, nunca voy a saber como lo hace, pero siempre que necesito
aclarar mis ideas sé que tengo que hablar con ella.
Cuando me decido a marcar su número, la campana de la puerta me indica que alguien
acababa de ingresar, la llamada va a tener que esperar
—¿Otra vez acá Julián? ¿Cómo te lo tengo que explicar? No quiero que pises más la librería por
favor te lo pido. No me obligues a tener que actuar de otra manera.
—Anoche pasé por tu casa para disculparme por como me había comportado en la mañana,
pero no estabas.
—Creo que no tengo por qué darte explicaciones, nosotros ya no somos nada.
—Eso es lo que vos creés, yo no pienso lo mismo, ya no sé cómo hacerte entender que lo que
paso no significó nada para mi.
—Basta, Julián esto ya me lo dijiste muchísimas veces y la verdad no quiero escucharte más.
—Pero vas a tener que escucharme aunque no quieras, ahora vas a cerrar y vamos a ir a tomar
algo para que podamos hablar tranquilos.
—No voy a ir a ningún lado con vos, no tenemos nada de que hablar, así que te voy a pedir que
te vayas y no vuelvas.
—Lamento mucho que no entiendas como son las cosas, ¿Dónde están las llaves?
—¿Qué? No te me acerques porque voy a empezar gritar.
—No creo que nadie te escuche.
La campana de la puerta sonó y yo agradecí a todos mis ángeles guardianes.

—Hola Sofí, te traje el café que te debía, perdón no me di cuenta de que estabas con gente

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—Hola Sofí, te traje el café que te debía, perdón no me di cuenta de que estabas con gente.
—Buenas tardes Armand, no el Sr ya se iba.
—Nos vemos pronto Sofía.
—Ay Armand, no sé que hubiera pasado si vos no entrabas con el café.
—Hace tiempo que vengo observando a este tipo, y la verdad que no me gusta nada, cuando lo
vi en una actitud mucho más agresiva que las veces anteriores, decidí cruzarme y ver que
estaba sucediendo.
—Gracias, muchas gracias, la verdad que no hubiera sabido que hacer, si vos no hubieses
llegado, no había forma de hacer que se fuera quería llevarme con él y como le dije que no,
empezó a buscar la llave para cerrar la puerta.
—Tranquila pequeña no te angusties, lo importante es que se fue, pero me preocupa que
vuelva a la carga ¿sabe donde vivís? Porque de ser así es mejor que hagas la denuncia, no me
fío de él.
—Muy buenas tardes —¡Ey muchacho! Que silencioso sos no te oímos entrar.
—¿Todo está bien por acá?
—Hola Gabriel, si todo bien.
—Te invito un café ¿aceptas?
—Justo Armand me había traído uno
—Sí Sofí, pero ya está frío, lo mejor será que te prepare uno nuevo
— Está bien muchas gracias.
—Te parece que me adelante y te espero en nuestra mesa.
—Por supuesto, solo me tomará unos minutos cerrar, anda tranquilo.
—Quiero saber, ya que fue lo que paso, ¿Por qué te encontrabas en la librería?
—Estaba cerca de la ventana cuando vi llegar al tipo, no había muchos clientes así que no me
aparté de ahí en ningún momento. Empezó como lo hace siempre a mover las manos para
todos lados, en esta ocasión lo noté más agresivo que en las anteriores, entonces decidí
cruzarme. Me demoré menos de un minuto en preparar un café helado y hacía ya fui. Por lo
que me contó Sofía quería que lo acompañará a tomar algo para que pudieran conversar,
como ella se negó empezó a buscar las llaves para cerrar la puerta y es ahí donde entro yo.
—Esto no me gusta para nada el tipo está desquiciado y eso lo puede llevar a hacerle cualquier
cosa.
—Le dije que hiciera la denuncia y me dijo que iba a hacerla.
—Me imagino que sabe donde vive.—Así es.
—Por qué me mintió cuando le pregunte sí estaba todo bien.
—Tal vez no quiso preocuparte o quizás no quiere que te metas en problemas por culpa de
ella.
—Ya estoy en el problema.
—Está cruzando la calle, lo mejor será que vaya por el café, o si no se va a dar cuenta de que
estuvimos hablando de lo sucedido y no quiero que piense que soy un chusma.
—Gracias Armand, toma te anoté mi teléfono en la servilleta, cualquier cosa no dudes en
llamarme. No creo que este tipo se quede tranquilo como si nada, tenemos que estar atentos…

—Hola Emma, como estas.
—Hola amiga, que bueno que llamaste me aguanté todo el día, pero me moría de ganas por
saber como te fue con el bombón.
—Ahora no puedo hablar mucho, Gabriel me está esperando en frente para compartir un café.
¿Pero vos podrías venir hoy a mi casa y pasar la noche conmigo?
—¿Qué está pasando Sofí? Me estás asustando, por supuesto que puedo quedarme a dormir
con vos, ¿pero qué pasó? ¿Tiene que ver con Julián?
—Siempre tenés que hacer tantas preguntas Emma, no podés ir con una a la vez. Si tiene que
ver con él, más tarde hablamos tranquilas, no quiero hacer esperar a Gabriel.
—Está bien, está bien, más tarde hablamos, ¿te parece bien que tipo ocho y media esté por tu
casa? Salgo del negocio y voy para allá.
—Nos vamos hablando, quisiera que vos ya estés ahí para cuando yo llegue, ¿estas de
acuerdo?
—Por supuesto amiga, nos vemos…
—Perdón por la demora, tenía que hablar con Emma y cuando agarra el teléfono no lo quiere
soltar.
—No hay ningún problema no tengo apuro, tengo todo el tiempo del mundo para vos.
—Muchas gracias.
—Y como fue tu día, tuviste muchas ventas o la gente está perdiendo el interés por la lectura.
—Ojalá eso nunca suceda, sería muy triste dejar de abrazar en cada historia la vida de esos
personajes y sentirse parte de ellos. La realidad a veces es muy cruel, Gabriel, es preferible
soñar a través de los libros.
—Tenés mucha razón, la vida real que nos toca vivir, a veces puede ser muy dolorosa.
—Hoy noto que tu mirada no tiene ese brillo que llamó tanto mi atención cuando te vi la
primera vez. ¿Te sucede algo? Tiene que ver con nuestra salida de anoche, ¿te arrepentiste?
—¡No! ¿Cómo se te ocurre? Hacía mucho tiempo que no la pasaba tan bien como anoche.
—Entonces, cuál es el problema. Que es eso que te tiene tan triste.
—Anoche te hablé de Julián ¿te acordás?
—Si, como no me voy a acordar, era el chico con el que estabas saliendo ¿Qué pasa con él?
—Hoy volvió a venir a la librería estaba muy molesto, por lo que me comentó creo que anoche
nos vio cuando nos íbamos. Insistía en que fuéramos a algún lado para poder hablar, le dije
que no iba a ir a ninguna parte con él y entonces intento encerrarme en el negocio, justo en ese
momento llego Armand y él se fue, nunca antes lo había visto así, me dio un poco de miedo.
Tomé sus manos que descansaban sobre la mesa, traté de infundirle tranquilidad, que sintiera
que yo estaba ahí para lo que ella necesitara que nada malo le iba a pasar
—¿No pensabas contármelo? Antes te pregunté si pasaba algo y me dijiste que no, sabes que
podés contar conmigo, ¿no?
—Lo siento, no quise que te preocuparas, vas a creer que soy una tonta que no puede manejar
una situación con su ex.
—Nunca pensaría de esta manera sobre vos, ¿entendés que lo que está pasando puede ser
muy peligroso? Es muy difícil manejar a una persona que está muy enojada y no entiende
razones.
—Es obvio que sabe tu dirección, creo que lo mejor sería que hoy no vayas a tu casa después
de lo que sucedió, no pudo concretar lo que quería hacer, estoy seguro de que te va a estar
esperando escondido en algún rincón dónde no puedas verlo y te va a caer encima, sin que
tengas la más mínima posibilidad de defenderte.
—No lo consideró capaz de tanto Gabriel, además le dejé en claro que no lo quería volver a ver
cerca mío.
—No lo subestimes, hermosa. Él ya no es el hombre que vos conociste, ahora está furioso y su
objetivo sos vos.
Verla tan angustiada me quebró por dentro, esta mujer estaba poniendo mi mundo patas para
arriba, lo único que deseaba hacer en ese momento era abrazarla, esconderla entre mis brazos
y no permitir que nada ni nadie la apartará de mi lado.
—Me siento muy confundida, no sé que pensar, no quiero que me veas como una persona débil
de verdad que no lo soy, pero todo lo que está ocurriendo es algo que no esperaba. Y de
ninguna manera voy a permitir que él manejé mi vida, voy a seguir haciendo todo como hasta
ahora, no le voy a dar ese poder sobre mí.
—¿Sabes como te veo? Como un ser maravilloso, lo más lindo que vi en mi vida. ¿Entonces vas
a ir a tu casa? ¿No hay forma de que te haga cambiar de opinión, no? Vení a mi casa, solo por
hoy, mañana hacemos la denuncia y nos quedamos más tranquilos ¿qué me decís?
—Ya quedé con Emma de que viniera está noche y se quedará conmigo, no creo que se atreva
a acercarse si me ve con ella, ¿te parece bien? ¿Eso te deja más tranquilo?
—No, pero voy a ceder con una condición, voy a llevarte a tu casa, voy a entrar con vos,
después de estar seguro de que no corres ningún peligro me voy, pero mañana a primera hora
vamos a presentar la denuncia ¿de acuerdo?
—Dijiste una condición, fueron varias, pero digo que si a todo. Muchas gracias Gabriel…

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