Olvidar el Pasado

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Capítulo 22

Después de mucho luchar contra esta idea, habíamos decidido con Gabriel que la puerta de la
librería permanecería con llave y cada vez que un cliente quisiera entrar tenía que esperar a
que yo le abriera, a decir verdad sé que tiene razón, pero detesto sentirme enjaulada en mi
propio negocio.
Desde la mañana en que me había dejado en la puerta, hasta ahora que ya era casi el mediodía
habíamos hablado varías veces por teléfono, tengo que reconocer que me siento alagada,
nunca antes alguien me había cuidado tanto, sin duda Gabriel es un hombre muy especial.
Miré para el frente, tenía la urgente necesidad de un rico cafecito, pero no lograba ver a
Armand, si me guiaba por el horario su turno ya había comenzado. Bueno no creo que me pase
nada por solo cruzar la calle.
Me encontraba en la vereda casi con un pie en la calle cuando alguien me tomó del brazo, no
me hizo falta levantar la cabeza para saber de quién se trataba.
—Bueno, bueno, parece que la ratoncita salió de la cueva. Ahora vamos a entrar y vas a tomar
tu abrigo, ni se te ocurra hacer ningún tipo de estupidez.
Había algo en la mirada de Julián que no estaba bien, hice lo que me dijo. Tenía por costumbre
llevar el celular en un pequeño monedero que llevaba escondido debajo de la ropa, la única que
sabía ese detalle era Emma. Recordé que el último mensaje que envié fue a Gabriel,
disimuladamente hice como que me acomodaba el tapado y presione para enviar un mensaje.
No sabía que era lo que podía pasar, pero no tenía demasiadas opciones.
—Apaga las luces, a nadie le va a llamar la atención que hayas decidido cerrar al mediodía.
Me aseguré de venir antes de que llegara el chusma de enfrente, me refiero a tu amiguito el
mozo, así que no lo busques porque no esta. Ahora vamos a salir como una pareja feliz para
que nadie sospeche nada. Caminemos despacio hasta la esquina ahí tengo el auto, tuve que
esperar varias horas para que te dignaras a salir. Tu guardaespaldas te enseñó muy bien todo
lo que tenías que hacer, pero en algún momento te tenía que dejar solita y ahí iba a estar yo.
—¿Qué pretendes con todo esto? ¿Te pensás que no me van a buscar? Nunca cerré mi negocio
al mediodía, Emma casi siempre pasa para tomarse un café conmigo, no vas a llegar muy lejos
con esta locura.
—Nadie pidió tu opinión querida Sofí, subí al auto. No se te ocurra gritar ni salir corriendo,
porque no tenés idea de lo que soy capaz, ¿te quedó claro?
Cuanta razón tenía Gabriel, este tipo está desquiciado y no me cabe ninguna duda que ingirió
drogas, tiene la mirada perdida y el sonido de su voz me resulta desconocida.
—Te voy a llevar a dar un paseo bien largo, de ese modo vamos a poder hablar de todo lo que
no está claro entre nosotros, nuestra relación no puede seguir así, lo entendés por las buenas
o voy a tener que usar otros métodos. Te lo dije de todas las formas posibles, que lo
sucedido con esa chica no tenía importancia, sin embargo, no quisiste escucharme y es por
eso que ahora nos encontramos en esta situación.
—Estas muy equivocado entendí perfectamente, lo que sucede es que ya no quiero saber nada
más con vos, entre nosotros hace tiempo que no hay ningún tipo de relación, no sé que hacer
para que al fin lo entiendas.
—Acá la única que no entiende nada sos vos, ahora cállate no quiero escucharte por un buen
rato. Necesito pensar con claridad y no lo puedo hacer si no paras de hablar.
Esto no me gusta nada, el auto estaba saliendo a la ruta A6 que nos lleva a París, ¿que está
intentando hacer este tipo? ¿Qué es lo que pretende? Solo me resta esperar y que Gabriel haya
interpretado lo que intenté decirle a través del teléfono, tal vez puedan seguir mi ubicación, esa
era mi única salvación…

 
Esto no me gusta nada, el auto estaba saliendo a la ruta A6 que nos lleva a París, ¿que está 
intentando hacer este tipo? ¿Qué es lo que pretende? Solo me resta esperar y que Gabriel haya 
interpretado lo que intenté decirle a través del teléfon...

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Llevaba más de una hora tratando de comunicarme con Sofía, el teléfono estaba prendido,
pero las llamadas no entraban. Algo no andaba bien, tenía que mantener la calma, aunque me
resultará casi imposible. Mi cabeza no podía pensar se había bloqueado, arranque mi saco de
la silla y me lo fui poniendo en el camino.
—Marie por favor, ponete en contacto con Pierre, decile que necesito que ubiqué urgente este
teléfono, hace más de una hora que trato de comunicarme con esta persona y no responde. Ni
bien tengas noticias llámame.
—Si Gabriel, ya mismo me pongo en contacto con él.
Me subí al auto y fui directo a Diogène, el alma se me vino al suelo al ver que todo estaba a
oscuras. No tendría que haberla dejado sola, no con ese loco al acecho. Cruce la calle y entre
al café.
—Buenas tardes, quisiera hablar con Armand por favor.
—Un momento lo voy a buscar.
—¡Ey muchacho! Qué bueno verte por acá, ¿sucede algo?
—¿Notaste algo raro durante el mediodía en la librería? Estoy tratando de comunicarme con
Sofía y no responde el teléfono. La última vez que hablamos fue más o menos a las doce y
desde ese momento no supe más de ella.
—Llegue acá doce treinta y me resultó muy extraño ver la librería cerrada, en el tiempo que
hace que conozco a Sofí jamás cerró su negocio al mediodía, pero lamentablemente no vi
nada, de haber sido así te hubiera avisado. Que hacemos ahora?
—Ya le pedí a un amigo que buscara la ubicación del teléfono, ella trató de mandarme una
señal a través de un mensaje en el cual no escribió nada, pero eso puede ayudar para saber
donde se encuentra.
—Te pido que por favor me tengas informado, sabes todo lo que quiero a esa jovencita,
cuídate muchacho.
—Por supuesto Armand, nos vemos.
Como no lo pensé antes, quizás esté tipo en algún momento se puso en contacto con alguno
de sus compañeros, no puede dejar de ir a trabajar sin dar algún tipo de explicación. No quería
involucrar a Tony en esto, pero no me quedaba otra opción, tenía que llamarlo.
—Hola Tony, podés hablar?
—¿Qué está pasando Gabriel? Me dijo Marie que tuviste un problema personal y te tuviste que ir.
—Ahora no puedo explicarte nada, mucho menos por teléfono. Necesito que te pongas en
contacto con Alfredo y le preguntes si sabe donde está Julián o si acaso en este momento se
encuentra ahí en la oficina.
—¿Quién es Julián? ¿En dónde diablos estas?
—Tony, puedo contar con vos, o no?
—Por supuesto que sí, es que no estoy entendiendo nada.
—Te prometo que ni bien pueda hablamos y te cuento todo, pero ahora solo hace lo que te pido
por favor.
—Está bien ya lo llamo, adiós cuídate.
—Hola Alfredo, habla Tony.
—Buenas tardes Tony, ¿todo bien? En que puedo ayudarte, nuestra reunión era mañana ¿o estoy
equivocado?
—Si, si en realidad te llamo para otra cosa, me podrías decir si ese tal Julián que trabaja con vos
está ahí ahora.
—No, no esta, según me dijo Carlos no se sentía muy bien y estos días no iba a venir por acá,
¿sucede algo?
—Necesito que hables con tus hombres y le saques toda la información de en donde podemos
encontrar a este tipo, es urgente.
—Claro en cinco te llamo.
Ya habían pasado más de dos horas y parecía que a Sofía se la había tragado la tierra, como
pude ser tan tonto. Si en todo momento supe que él estaba al acechando esperando esta
oportunidad. ¿Por dónde buscar? ¿Qué hacer? Lo único que tengo son preguntas.
¿Es que acaso estoy maldito? Primero fue mi familia y ahora ella. No, nada tiene que ver esto
conmigo, acá son otros los motivos. La entrada de una llamada me saca de la tortura de mis
pensamientos.
—Gabriel
—Decime Marie
—Pierre en este momento está ocupándose de un traslado, pero estoy en contacto con uno de
sus compañeros.
—Está bien da igual, que pudo averiguar.
—A eso iba, la ubicación en tiempo real del teléfono nos indica que se encuentra a doscientos
cincuenta kilómetros de Lyon, Marcos, el agente con el que estoy en contacto asegura que el
aparato sigue encendido y eso favorece la búsqueda, según sus conclusiones el vehículo donde
se encuentra el dispositivo, por los caminos que va tomando se dirige a París
—Muchas gracias Marie, seguimos en contacto.
Me lleva bastante ventaja el maldito, pero por lo menos ya se hacía donde tengo que ir. No voy
a detenerme a pensar, para eso hay tiempo, de inmediato y a toda velocidad tomé la ruta que
me llevaría hacía el mismo destino al que se dirigía la única persona que me hizo sentir
nuevamente vivo…

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