El Bar.

Cap. 7 - Día 4/7 Parte 2

NOTA IMPORTANTE, POR FAVOR SE AMABLE Y LÉELO

1. ¡Feliz año nuevo! Gracias por leer, espero la esten pasando increíble. Quise publicar hoy como un regalo de fin de año para ustedes. Gracias por alegrar mis días con sus ingeniosos comentarios.

2. Por favor reaccionen a todo lo que deseen y coméntenme lo que les ha gustado, me encanta cuando se lo que piensan.

3. MENORES DE EDAD: No soy quién para decidir sobre lo que leen, pero este capítulo y el siguiente quizá tengan partes un poco bastante explicitas. ¿Eso es terrible? no, no es nada del otro mundo, es natural, escrito con mucho respeto, tomen su decisión.

4. Gracias de nuevo por leer, gracias por comentar, me ire a mi cena de fin de año jaja... quizá si me motivo lo suficiente publique en uno o dos días la siguiente parte, este capitulo tiene 3 partes y a mi parecer es bastante divertido jaja 

¡Bonita noche!

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Beatrice no es capaz de reconocerse. Esta sola en el auto a mitad del día con la mano entre las piernas tocando su propio centro, sintiendo su humedad, compartiendo el sonido de su gemido bajo y crudo con Ava y lo está disfrutando. Tiene los ojos cerrados, la cabeza hacia atrás en el asiento y todo tipo de pensamientos inundando su mente. Bueno, no todo tipo, quizá sólo un tipo de pensamiento en específico, pensamientos de Ava; pensamientos vivos, pensamientos cargados de energía y de calor. Pensamientos que en todos sus años de vida no se habían hecho presentes y que hoy la tienen sintiéndose un poco descarada. Transformándola en una Beatrice atrevida. Una Beatrice que no está dispuesta a juzgar ahora mismo.

Beatrice por supuesto que ha sentido atracción por una mujer antes. El escozor en la nuca, el bombeo en el corazón, las mariposas en el estómago. Fue complicado, pero no imposible decidir renunciar a esas emociones y hacer sus votos. La opinión de su familia por encima de sus emociones, su mente predominando por encima de quien es. Afianzarse a una nueva convicción, una nueva lucha, un nuevo sentido hasta reconocerlo como propio, permitiéndole guardar lo que sea que fueran las otras cosas en un cajón. Un cajón de hierro fundido sin entrada, soldado por completo a un máximo espesor.

Quizá fue una ironía que su chica del halo traspasara paredes.

Porque cuando Ava llegó. Beatrice no vio venir el golpe. En un segundo Ava estaba abriendo todo, inundando, saqueando, traspasando cada milímetro de cualquier barrera que a Beatrice le tomo años construir. Ya no eran mariposas, si no elefantes en el estómago, el escozor ardía, la respiración sofocaba a un punto de sentir que el aire quemaba llenando sus pulmones. Los latidos fuertes de su corazón ya no estaban en su pecho, se alojaban en su garganta casi provocándole ganas de toser. Ava era un golpe, un golpe fuerte y hecho para romper.

Era de imaginarse que, al cruzar el límite de la intimidad, al entrar a ese nuevo mundo. Todo se hiciera un poco más difícil de controlar. Al final es humana. Los humanos ya traen el pecado al nacer. Espera en Dios que sus buenas acciones contrarresten un poco los malos pensamientos que tiene ahora, para cuando llegue el momento de hacer cuentas.

Entonces Beatrice; se perdona un poco. No puede culparse ¿Quién lo haría?, ¿Quién en su sano juicio podría no comprender el deseo implacable que siente por Ava Silva?. La sola imagen de su cuerpo desnudo era un pecado por sí mismo, los labios entreabiertos un infierno, la curva de su cuello una firme tentación, ese lunar pequeño a unos milímetros de su seno derecho la invitación más grande a caer de un acantilado. Beatrice está perdida en el recuerdo de su cabello alborotado; Ava subiendo y bajando alrededor de uno de sus dedos. Joder. No. Es imposible, ¿Cómo detenerse?, ¿Cómo no sentir? ¿Cómo no desear más y más y más? Tan sólo esta mañana había tenido que bañarse con agua muy fría para calmar el dolor entre sus piernas, mismo dolor que ahora se presenta en forma de presión alrededor de su clítoris. No tenía idea de las muchas terminaciones nerviosas que se alojaban ahí y lo dulces y tortuosas que eran.