El menor se intentó tapar rápidamente con sus manos, tenía una sensación de que lo que había hecho estaba mal, muy mal. Solo quería sentirse como los chicos más populares de su antiguo refugio. Ahora seguramente Harry se enfadaría y podía llevarle de vuelta al centro de adopción incluso.
- Lo siento – Dijo agachando la cabeza. – Vi un chico bonito en estos, quería yo como el, bonito... - Harry ni siquiera le dejó terminar, no parecía tener mucha paciencia para esto ahora mismo
- Louis, ponte la ropa y baja, la cena está lista, y tira esas cosas. – Solo intentaba deshacerse de la incomoda situación.
El menor hizo lo pedido y con una gran vergüenza, bajó al piso inferior para reunirse con el rizado en una incomoda cena. Esta transcurrió silenciosa y tranquila, a estas alturas ya había notado que Harry era así. En realidad, lo prefería, si que es verdad que había veces en las que comunicarse con el mayor era complicado por la falta de palabras y temas.
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Louis había pasado la mayor parte de la mañana en el salón de la casa intentando leer algunos de los libros de la biblioteca, quería aprender a comunicarse mejor con el rizado, él le había recomendado algunos que sacó de la biblioteca, también dejo en claro que podía coger otro cuando quisiera. Harry se fue pronto al despacho a trabajar después de dejar al híbrido cómodo entre mantas en el sofá, Era tan adorable que no tenía las agallas de irse al edificio y perderse pasar mínimo las comidas con el
El menor por fin había conocido a la cocinera, Marie, era una señora mayor de unos 50 y pico años y muy muy simpática. Cuando Harry despertó al castaño para presentarle a esta señora, esta revolvió el pelo del mayor con mucho cariño, parecía su madre incluso, él tampoco se lo había tomado mal. Una cosa que si que le había llamado la atención es que le llamo de una forma realmente rara que ahora no podía recordar. Ni hablemos de cuando le tocó el turno a Louis, la mujer casi le asfixia, la mujer era muy cariñosa, cosa que estaba a su favor ya que también lo era el.
El timbre de la casa sonó casi asustando al menor y obligándolo a salir de su mente.
- Louis, amor, ¿puedes abrir la puerta? – Pregunto Marie.
- Voy.
Abrió la puerta principal mostrando a un cartero con un gran paquete en sus manos.
- ¿Harry Styles vive aquí?
- Sí.
- Para el – Dijo dándole el paquete.
- Gracias.
Volvió al salón cuando oyó a Marie gritarle desde la cocina.
- Louis, llévalo al despacho de Hazz, por favor – Y sí, así lo había llamado.
- Ok – El mencionado lo hizo, se aproximó a la habitación y toco la puerta. Un "Pasa" se escucho dentro. – Paqueteee... – Y lo dejó en el escritorio. Harry se apoyó en el respaldo de la silla y miró a Louis, el silencio era tan incomodo que este se vio obligado a decir algo. – Marry llamó Hazz.
- Mucha gente me llama así.
- Bonito – El contrario sonrió, pensando en que lo que era bonito era el niño con orejas, cola de gato y unos profundos ojos preciosos y azules mirándole tímido.
- Lo sé, Lou – Las piernas del menor flaquearon, sonaba tan bien su nombre dicho por Harry.
- Jess decía "Lou".
- ¿Quieres que pare de llamarte así? ¿Te incomoda?
- No, gusta. Jess decía raro.
- Oye, Louis, ¿Quién es Jess? – Louis parecía confundido.
- No sé, ¿amigo?
- Ok, te quería decir que el paquete es para ti, ábrelo.
El ojiazul frunció el ceño, pero lo hizo. Abrió la caja dejando ver toneladas de ropa interior "femenina", lencería, Panties... Los colores abandonaron la cara del menor. Alzó la mirada para afrontar a un chico rizado con una sonrisa de orgullo.
El contrario corrió con una gran mueca de alegría en su delicado rostro hacía la silla del mayor, la cual se giro al ver las evidentes intenciones. Louis se lanzó a los brazos del rizado, abrazo que fue correspondido y acompañado con un beso en la coronilla.
All the love:
Ánonimo
