Tú, mi raro amor

9

Estaban en las escaleras que daban al tercer piso, eran frías, grises, estaban un poco agrietadas, estaba un poco húmedo y Sergio pensaba que era un mal lugar para su disculpa, tal ves hubiera sido mujer un lindo café.
Era incómodo, Sergio estaba sentado a un lado de el, dispuesto a poner la situación en orden y de una vez por todas aclarar sus sentimientos por el turco.

Estaban algo separados, Özil le miraba mal, se sentía nervioso, demasiado.

- empieza- Dijo Özil, santa virgen, ojalá poder decirle todo sin trabarse.

- lo siento, no estuvo bien lo que te hice entender... Pero te prometo que no intentaba decirte eso

Özil le miró sin mucho interés, volvía a tener ganas de llorar con pensar en lo humillado que se sintió esa tarde.

- Tal vez nunca me puedas perdonar pero, Özil, lo que pasó con en este tiempo fue lo mejor que me pasó

- pero-... Tú me besaste y luego...- tomó una pausa mientras se secaba las lágrimas con su brazo-

Sergio le tomó de los hombros- y créeme que no me arrepiento de eso- Miró cómo Özil miraba hacia otra dirección.- Está bien si estás enojado conmigo, soy un idiota.

Entonces Sergio sintió un agarre, cuando menos lo notó, Özil estaba abrazándolo.

- Te creo...

Y con esas palabras sentía que todo a su alrededor se volvía de color rosa, como si se hubiera desecho un gran peso.

- Özil, si quiero salir contigo

Levantó con cuidado su rostro, mirándolo con una tierna sonrisa, contemplando sus ojos, era tan encantador, que ya no sabía porque estaba tan indeciso sobre lo que sentía por el. El turco se acercó a sus labios, cerrando la pequeña distancia que había entre ellos dos, sus labios chocaban contra los del contrario, sentía que eran suaves, como si pudiera besarlo por una eternidad, ojalá aquello no fuera un sueño, ojalá no despertara en su cama. El de pelo negro le tomó de la cintura mientras seguían con un beso inexperto y algo torpe, mientras llegaban a pequeños toques pero nada más que eso. Se separaron para verse al otro, Sergio acariciando las manos de Özil, se sentía alguien nuevo, que quería vivir el resto de su vida con aquel chico.

- Te amo- Se escuchó decir de parte del turco, recibiendo un pequeño beso en la mejilla de parte del español.

- yo también te amo, novio- No podía explicar esa felicidad dentro de el.

Ambos se levantaron de las escaleras, tomados de las manos, listos para iniciar su camino como una pareja de tontos enamorados.

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No sé si hacer unos capítulos extra o dejarlo hasta aquí, ¿Qué opinan?