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Las semanas pasaban y se veían cada vez más, a veces Özil le acompañaba en el trabajo y le ayudaba con alguna que otra cosa, otras veces el turco le esperaba fuera de la biblioteca con alguno que otro bocadillo de su casa. Su rutina era casi la misma todos los días y Sergio no podrías estar más conforme con aquello.

No fue hasta un sábado que el español invitó a su amigo a una pijamada en su casa, ¿Porqué no? Ya lo consideraba un buen amigo, claro que lo podía invitar a su casa. Esperaba a Özil con la respuesta de su familia para pasar la noche en su casa.

- Si puedo- Habló con emoción, no mentiría, estaba a punto de estallar por aquello- ¿Qué hora?

- ¡Eso es genial!- Ya quería enseñarle su casa y hacer verías cosas, como ver películas, jugar videojuegos y dormir hasta tarde- Supongo que paso por ti a las 7, ¿Te parece bien?

- bien, nos vemos- debía ir a guardar sus cosas si es que queria ir- adiós- y en eso tomó camino de la biblioteca a casa.

- Adiós, cuídate- Sería una tarde larga si Özil no estaba, pero valdría la pena para la noche. Y empezó su camino hacia su cosa, también era un departamento, pero el edificio era un poco más grande que el de Özil, vivía con su madre, sus padres estaban separados, pero eso había pasado hace mucho.

Limpiaba su cuarto a profundidad para dar la mejor impresión, cosa que sorprendió a la mujer que vivía con el. Se había bañado y puesto una ropa simple para ir por el turco, nada podría salir mal en esa noche. La calle estaba tranquila, el edificio de su amigo ya estaba ahí y en la puerta estaba el esperándole, usaba un pans sobre su pijama, además de una chaqueta que cubría la manga corta. No dijeron nada, solo empezaron a caminar hacia la casa de Ramos para pasar una buena noche como los buenos amigos que eran.

Llegaron en unos minutos ya que en un taxi era más rápido llegar.

- es linda- Dijo Özil al ver el interior de la casa de Sergio, diría que más que la suya, debido a varias cajas de pertenencias que aún había por su hogar.

- gracias, voy a vestirme, espérame aquí- Lo haría rápido para no dejarlo esperar. Escuchaba algunas voces, suponía que estaba saludando a su madre. Salió de su cuarto y fue hacia donde estaba Özil, comiendo algunas galletas en el sofá de la sala de estar- vamos, que hay mucho que hacer- Lo tomó del brazo y lo llevó a su habitación.

Se escuchaban ruidos de videojuegos dentro de la habitación y más que un lamento de haber perdido contra el otro

- no es justo, haces trampa viejo- Se quejaba el español de su amigo

- eres malo, eso es- le contestaba en contrario mientras seguía mirando la pantera.

- ¿Y si mejor vemos una película?- Sin pedir permiso quitó el videojuego, dejando un poco molesto al turco.

- bueno- No tenía mucho interés, pero  nada perdía con ver una debido a tal vez no entender la mayoria de lo que decían en la película - Pero buena

Al final no vieron nada debido a no ponerse de acuerdo, de todas maneras era ya demasiado tarde y Sergio temia  despertar a su madre o algún vecino. Ambos dormirían en la misma cama, era grande, así que tampoco estarían demasiado juntos de todas maneras, ninguno podía dormir aún así.

- Özil, ¿Sigues despierto?- Se volteó y miró al extranjero, está seguro que estaba despierto.

El turco se volteó mirando al español- si, yo no tengo sueño-  Y en eso para sorpresa del contrario se acercó más mientras le sonreía.

- ¿Özil?...- Estaba confundido, más cerca del contrario, juraba que podía sentir su respiración al igual que el corazón del contrario que quizá iba a la misma velocidad que el suyo- ¿Qué vas a hacer?...

El chico colocó un dedo sobre la boca del español- shh- Entonces acercó sus labios a los de Sergio, mientras este estaba más que petrificado.

Aquello terminó en un suave beso, uniendo las respiraciones de ambos, Sergio no podía creer lo que pasaba pero una parte de el se negaba a separarse, esa parte que le decía que el chico que estaba frente a el era perfecto. Özil colocaba sus mano en las mejillas del contrario mientras esté acomodaba más suyas en la cintura de su amigo. Ese momento pudo haber durado una entendidad en la mente de Sergio, ¿Porqué se sentía tan bien? ¿Era amor lo que sentía?. Todo terminó cuando el turco se separó, acariciando la mejilla del español.

- buenas noches- Se separó de Sergio y volvió a voltear su cuerpo al otro lado, mirando la pared, dejando a Sergio con una gran sonrisa que no terminaba de entender y más que confundido de lo que acababa de pasar

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Muchísimas gracias por leerlo! Se los agradezco mucho

Tú, mi raro amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora