Tú, mi raro amor

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  Ninguno de los dos habló sobre lo ocurrido durante el desayuno, Sergio solo notaba la cercanía de Özil mayor a la usual, mas aún así ninguna palabra acerca de lo ocurrido en la noche.

Sergio podría culpar a Özil, pero el también le había correspondido a el beso y mentiría si dijera que no le había gustado. Estaba confundido sobre lo que realmente sentía por su amigo, ¿Qué dirían de el? ¿Está mal aquello que siente? Nunca antes sintió aquello, las chicas eran lindas pero Özil era totalmente diferente y eso le gustaba, su cabeza era un lío.

Miraba hacia cualquier rincón de la habitación, su amigo se vestía en el baño del que tenía acceso en su habitación.

- Sergio, nos vemos después- El mencionado lo vió, ¿Desde cuándo era tan lindo?

- eh, claro, ¿nos vemos después?- Se levantó de la cama y fue hacia la puerta de la habitación para abrirla- Tú primero

- Bien- Fue hacia la puerta de la habitación de Sergio, mirándolo con una sonrisa ante tal gesto- gracias liebe

No entendía ni un poco que fue lo que le dijo, ojalá tener un traductor. Caminó junto a el hacia la salida.

- Adiós-  Se despidió y en eso le dió un pequeño beso en la mejilla, un simple roce, el español no podría estar más colorado por aquello, ¿Qué acababa de pasa?

No había pasado demasiado desde lo ocurrido, dos o tres días. Sergio salía de la biblioteca, en todo el día no había hecho aparición si amigo, o acaso más que eso, era un lío, no estaba totalmente seguro de nada, todo pasaba demasiado rápido para el. Había alguien sentado frente a la biblioteca, no cabía duda, era su amigo, corrió hacia donde el estaba con la duda de porque no había estado durante todo el día, mentiría si dijera que no lo había extrañado, porqke hacia falta su presencia en el trabajo.

-¿Özil? Viejo, ¿Dónde estuviste? Pensé que te habías pasado algo- se sentó a un lado del turco, este estaba arreglando, parecía que se había dado una ducha antes de venir, quizás debía acudir a un lugar.

- Sergio, yo... Tú eres alguien muy importante- En eso Sergio tenía una clara idea de lo que estaba por pasar y su mente no podría estar más fuera del lugar- importante para mí

Sergio no decía ni una palabra, sus manos estaban sudorosas, aún así el chico tomó su mano, aferrándose a ella. Creía que apenas decir una palabra no podría evitar titubear, todo esto parecía tan falso e inimaginable.

- Por eso... - le volteó a ver, sus ojos parecían brillar, parecía que estaba a punto de explotar- ¿Te gustaría salir conmigo?

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Lo dejo en suspenso