∆¶|°•Apuestas de amor•°|¶∆ [slippy o dontflip]

Capitulo 27

-Por dios ya cayate no as dejado de decir estupideces desde que llegamos-Grito exasperado el peliverde acomodando sus cosas necesarias en una mesa de madera la cual estaba con polvo.

Estaban en un pequeño sótano, el pelirrojo tirado por un lado con las cuerdas. Mientras. El otro no dejaba de sacar pequeñas armas de los cajones de la mesa.
Desde entonces el de ojos carmín había estado diciendo "tonterías" que desesperaba al contrario.

El menor bufo molesto dejando de escuchar la voz del pelirrojo, se dio la idea que por fin había cerrado el hocico.
Pero sintió un suave movimiento en sus caderas, unas manos con venas marcadas bajaba lentamente rallando el cuerpo del militar sobre su ropa.

Este volteo mirando al de veta rojiza, y le dio un leve golpe en su pecho.
-Horita no, primero quiero divertirme yo- De sus espaldas asomo un cigarro con bisturí.

-¿De hay será mi turno?- Canturreo en la oreja del menor sin quitar las manos de las caderas de este apretando las fuertemente.

El menor soltó un suspiro dolor y a la vez placentero de tan solo sentir los peñiscones en su piel.

-Si, si, pero primero voy yo- Lanzó al mayor al suelo, pasando el bisturí sobre la camisa negra de este que se desprendió de su cuerpo.

Paso ligeramente el arma, habiendo pequeñas heridas fácilmente de curar. Recorría su clavícula asta sus pechos y llegar finalmente al abdomen.

Le encantaba ver ese líquido rojizo escurrido sobre el mayor, le daba un toque perfecto según Fliqpy.
Paso su lengua por la sangre supcionando y dejando su saliva, le encantaba el sabor metálico de esta pero a su vez tenía sabor dulce.

Cuando terminó de limpiarlo apretó las heridas dejando salir más pequeñas gotas del líquido caliente. El pelirrojo gruñia entre lo bajo, sintiendo el ardor en su abdomen.
El de ojos ámbar prendió un cigarro, lo acercó a su boca y después soltó el humo en la cara del mayor.

Lo vio por unos momentos para hacercar este mismo cigarro a la cara del pelirrojo el cual hizo su trabajo votando igualmente el humo a la cara del contrario.
El menor río por lo bajo y acercando la punta de aquel objeto dejó un poco de quemaduras en los pechos del ojo carmín.

Se deciso del cigarro tirándole hacia un lado para dejar chupetones en la clavícula de Splendont. Supcionaba la piel que al momento de separa sus labios de esta genera un sonido de "plop"

Suvio un poco más sus "carisias" con su boca asta el cuelo parra morder lo limpiando pequeñas gotas de sangre.
Also su cabeza mirando al pelirrojo el caul veía sus orbes amarillas, y sus labios del militar los cuales tenían pequeños raros de su sangre.

Los labios de los dos se acercaron para finalmente unirse y formar aquel beso húmedo, siendo necesitado por los dos.
Parecía que se comían la boca.

Finalmente el militar de alejo, sobando se sus labios aún no se acostumbraba a estar besándose con el mayor.

-Es hora de mi parte- Dijo sentándose viendo cómo el peli verde trataba de formar una pequeña sonrisa con sus labios pero le generaba ternura.

Mientras que el ojiambar pensaba en lo que anteriormente el pelirrojo le había dicho en su pelea.
"Vámonos y te daré toda la atención que quieras"
Esas palabras lo habían sacado de sus casillas, el no era de seguir órdenes pero sinceramente fue tentado a hacelo cuando el mayor se lo dijo.

Aunque le gustaba que le tomarán atención, no parecía pero era de aquellos que siempre necesitaban que les hagan caso o se ponían de malas.
Entonces de tan solo escuchar que aquel hombre alto, fuerte y un ""poco"" apuesto le dijo aquello se volvio más loco de lo que ya estaba.

Pero el oji ámbar no buscaba una relación tal vez solo disfrutar un rato.

Sintió los chupetes en su cuello y cedió totalmente al mayor sentándose sobre el regado de este.
Disfrutaría lo que tiene.

Estaba en su cuarto,
ecahdo en la cama pensando en cada rasgo de él.
Sus ojos, pelo, actitud y la forma de ver el mundo. Todo en el era fabuloso.

Pero no le duró para siempre, tan rápido cono comenzó se fue.

El seguía atrapado en su memoria, no podía dejar de pensarlo, lo extrañaba tanto que lo necesitaba consigo.

Le hacía falta aquellas peligrosas pero sutiles carisias que le gustaba. Era tan doloroso aceptar su ida, sólo quería volver a encontrarse con el y tenelo entre sus brazos nuevamente.

Sin darse cuenta sus lágrimas empezaron a caer no eran las primeras mi las últimas que derramaba en aquel día, aspiro lentamente tratando de tranquilizarse.

Y entre sollosos se acosto en la cama, miró el techo pensando que tal vez podía colgar algo en el...

Dos capítulos en un día si que ando inspirado Xd

Ya se viene lo bueno, ahora si me despido de cerda y nos vemos en otros cuantos días

BYEEEEE