Capitulo 18

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La puerta se abrió fuertemente, y de esta el peli-verde entró a la pequeña "pieza" que daba pase.

Se acercó al lavadero, expulsando de su boca unos líquidos rojizos, y con contextura espesa.

El color era demasiado intenso.

Sentía que se le iba la respiración, trató de calmarse apretando su pecho.

Le costó tiempo, pero pudo volver a la normalidad.
Debía dejar ya de tomar esos analgésicos, su vista estaba algo nublada. Las fuerzas se le hiban, se sentía al punto del colapsó, agarro el lavadero para no caer fuertemente al piso.
Y de rodillas en este sintió como su cabeza daba vueltas y el malestar en su estómago aumentaba.

Hoy un sonido en su cabeza, este así "tap, tap" repitiéndose una y otra vez.
Sentía como lo que hace poco había ingerido volvió a subir, a lo cual vómito todo su desayuno dentro del lavadero.

Escurrió todo para que no esté sucio, y con las pocas fuerzas que tenía se dirigió a su cuarto.
Necesitaba algo de relajamiento, se sento en su cama y sacando de su mesita del lado un incienso, lo prendió.

El olor de este envolvió toda su habitación, dejando ese agradable aroma a flores. Sinceramente siempre le había gustado el olor de estas, era algo que lo relajaba y lo sacaba del estrés.

No supo ni cuando se quedó profundamente dormido, pero este ya se encontraba en su pequeño descanso echado en su cama relajándose.

Abriendo los ojos noto un pequeño jardín, ¿donde estaba?
Aquel lugar se le hacia familiar, como si ya lo hubiera visto.

Se tocó la cara, sintiendo sus manos pequeñas, gorditas, lizas y suaves.
Su sorpresa fue mayor al reconocer el lugar y ver que ahora es estaba en su versión pequeña.

Parándose de aquel jardín verdoso, oyó el tarareo de una mujer. Su voz era firme y segura, pero a la vez delicada y hermosa.

La canción recorrió los oídos del peli-verde siendo consciente de quien la cantaba.

Claro que sabía donde estaba, eso sólo era un sueño. Ya que actualmente hubiera sido imposible.

Caminando a paso lento asta donde la mujer se encontraba cosiendo un pequeño abrigo, sus ojos demostraban ese color verde claro brillante.

Vestía de un vestido que le llegaba más abajo de las rodillas, y una flor que devoraba su peinado.
Tenía la piel blanca como de porcelana, sus cabello largo y ondulados.

Se acercó a esa mujer al punto de estar frente a frente con ella, aquella se dio cuenta del pequeño y agarrando lo entre los brazos lo alzó asta su regazo.

-Flip, ¿que haces aquí? No estabas jugando con tus carritos.- Dijo la mujer esprensando una cara de tranquilidad.

"Sabía que era un sueño y no la realidad, pero aún así no quería despertar"

-Solo quería verte, mamá- Respondío el menor.

-En ese caso no hay problema, puedes quedarte aquí con tu mamá que nunca se alejara de ti-Dijo sonriendo.

Si tan solo ciertas palabras se hubieran cumplido. Sería la persona más feliz del mundo.

La mujer volvió a tararear pero está vez cantando algunas partes, mientras seguía en lo suyo.
El de ojos esmeraldas la vio fijamente mientras oía al par la letra de dicha canción

Tararatararara~
Dame de tu vida y de tu tiempo~ ohh~

Suficiente para ver~
Dentro de tus ojos el momento~ ohh~

∆¶|°•Apuestas de amor•°|¶∆ [slippy o dontflip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora